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El ACNUR distribuye ayuda humanitaria a personas desplazadas por el huracán en Belice

Historias

El ACNUR distribuye ayuda humanitaria a personas desplazadas por el huracán en Belice

La Agencia de la ONU para los Refugiados y sus socios están brindando asistencia humanitaria y de reconstrucción a las víctimas del huracán Earl, incluyendo a solicitantes de asilo del Triángulo Norte.
17 agosto 2016
Edgar*, de seis años, acostado en la hamaca en el rancho de su familia, que está destrozado por el huracán en Armenia, Belice.

BELMOPAN, Belice, 17 de agosto de 2016 (ACNUR) – Jorge saca el teléfono de su bolsillo y reproduce un corto video que muestra las inundaciones y el techo de su casa que apenas se veía a la distancia, todo sumergido debajo de la masa de agua que lo rodeaba.

"Todo se perdió", dijo, mirando a las otras personas que se reúnen en la oficina local de una ONG de Belice, Ayuda para el Progreso, a las afueras de la capital, Belmopan, en busca de ayuda para reconstruir sus vidas en la estela del Huracán Earl.

"Todo lo que teníamos ya no está", dice Jorge de 42 años, quien es una de las 10.000 personas del pequeño país de América Central, cuya vida quedó devastada por Earl, que tocó tierra el 4 de agosto, dejando caer más de 30 centímetros de lluvia, y causó inundaciones generalizadas.

Originario de El Salvador, él es parte de 3.000 solicitantes de asilo que se vieron forzados a huir de la violencia sin precedentes de sus países: El Salvador, Guatemala y Honduras, región llamada Triángulo Norte de Centroamérica, y que ahora se han visto fuertemente afectados por la tormenta en Belice, donde viven actualmente.

Edgar* es otro de los afectados, él descansa en una hamaca dentro de un rancho en Armenia, Belice. La hamaca es su nueva cama, mientras su colchón se termina de secar. En la cercanía, su sobrino de nueve meses rebota en la andadera, sus ruedas se pegan en el piso viscoso de su casa.

"Todo lo que teníamos ya no está"

Las familias viven temporalmente cerca de la capital, mientras pueden reconstruir sus propias casas, que ahora son solo una pila de tablas de madera y paja trenzada al otro lado de la quebrada en la comunidad, una consecuencia de la ira de Earl.

En los próximos días, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, en cooperación con Ayuda para el Progreso y otras agencias de la ONU, planea distribuir implementos de ayuda humanitaria y reconstrucción a personas vulnerables como ellos, como apoyo a los esfuerzos del Gobierno de Belice para enfrentar la devastación que dejó la tormenta.

Los implementos van desde materiales para la reconstrucción de sus hogares, tales como galvanizados para techos y madera, colchones, cobijas y kits de limpieza para restaurar los hogares que quedaron inhabitables por los escombros, el lodo y los daños del agua.

"Estamos trabajando con nuestras agencias hermanas de la ONU, nuestro socio nacional Ayuda para el Progreso y con otros actores para apoyar los admirables esfuerzos del Gobierno de Belice para asegurar una ayuda efectiva a quienes más lo necesitan", dijo Soufiane Adjali, Representante del ACNUR en Belice.

Las 15 horas de destrozos de Earl, con vientos de 75 millas por hora, afectaron los seis distritos en Belice. Pero el Distrito de Belice, Orange Walk, Cayo – donde viven muchas de las personas de interés del ACNUR – y Stann Creek fueron golpeados particularmente duro. Armenia, por ejemplo, es una comunidad rural compuesta por familias que migraron a Belice en la década de los 90 y otros que han llegado recientemente.

"Estamos trabajando para asegurar una ayuda efectiva a quienes más lo necesitan"

Jorge y su familia son parte de una nueva ola de refugiados de países del Triángulo Norte que han llegado a Belice huyendo de la violencia generalizada y de las letales en la región. La familia de Jorge llegó el año anterior, su solicitud de asilo está pendiente con el Gobierno de Belice.

En Valle de Paz, otro asentamiento histórico de refugiados, los líderes comunales reportan que al menos 100 familias se vieron afectadas por el Huracán Earl. En un distrito eminentemente agrícola, donde los residentes dependen de la producción de cultivos para su subsistencia, la devastación que Earl provocó a sus parcelas les ha dejado prácticamente sin medios de ganarse un ingreso.

En los días transcurridos desde Earl, el ACNUR, junto con su agencia nacional de implementación en la ejecución, Ayuda para el Progreso, ha recorrido las comunidades de inmigrantes en las zonas que rodean Belmopan, donde muchas familias afectadas carecen de disposiciones básicas, vivienda, camas y un saneamiento adecuado. Si bien el ACNUR sigue llevando a cabo evaluaciones sobre el terreno, las personas han asistido a Ayuda para el Progreso a solicitar ayuda con alimentos y materiales de construcción.

En colaboración con la Agencia de la ONU para el Desarrollo, el ACNUR solicitó la ayuda humanitaria de emergencia para apoyar a sus poblaciones de interés en esta crisis. La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios respondió con una subvención de $46.000 dólares de los cuales $25.000 dólares ayudarán con los esfuerzos de recuperación para las familias de refugiados particularmente vulnerables en Belice.

*Los nombres son cambiados por motivos de protección.