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Los refugiados arrancan en la industria automotriz alemana

Historias

Los refugiados arrancan en la industria automotriz alemana

Un programa de Volkswagen ofrece a las personas refugiadas la oportunidad de un empleo estable con el mayor productor de autos del mundo.
12 December 2019
Mastura, una refugiada de Afganistán, en la planta de producción y centro logístico de Volkswagen en Baunatal, Alemania.

Cuando Volkswagen, el fabricante de autos más grande del mundo, le ofreció a Mastura Ekhlas un lugar en un programa que podía conducir a un trabajo permanente, supo que era la oportunidad de su vida.


Había llegado a Alemania en 2013 como refugiada de Afganistán. Poco después, dio a luz a su tercer hijo mientras vivía en un albergue para solicitantes de asilo. Fueron tiempos difíciles.

“Fue muy difícil al principio, empezar de cero”, dijo Mastura. “Pero sabía en mi corazón que tenía que seguir adelante. Puse todas mis fuerzas en la búsqueda de algo más estable”.

La familia de Mastura encontró un apartamento en Baunatal, no lejos de la planta de VW en Kassel, en el centro de Alemania. Dominaba el alemán y encontró trabajo en una tienda y una farmacia. Pero ella soñaba con un trabajo que le ofreciera estabilidad a su familia.

“Trabajaba como un hombre, créanme”

“Solía pasar por la planta de VW, miraba el letrero, y soñaba”, dijo. Hasta que preguntó en la oficina de empleo y descubrió que VW tenía un programa de certificación de un año de duración para personas refugiadas en su enorme planta de producción y centro logístico de Baunatal. Cuando la aceptaron, dio todo lo que pudo para impresionar a sus superiores.

“Trabajaba como un hombre, créanme”, aclaró. “Los hombres me decían: ‘Mastura, no tienes que levantar ese paquete’, pero.... quería mostrarle a todo el mundo que yo también podía hacerlo. Sabía que tenía que crecer y aprender si quería lograr algo aquí en Alemania”, explicó.

Su determinación es emblemática del anhelo de los refugiados de un futuro mejor. También muestra la importancia de los programas para refugiados ofrecidos por empresas como VW. Estas oportunidades ayudan a suplir la demanda de fuerza laboral en Alemania, pero también pueden cambiar vidas.

El programa de VW comenzó en 2017. La certificación obtenida se suma a un programa tradicional de clases de alemán para ayudar a los recién llegados a encontrar en empleo en Alemania.

En el Foro Mundial sobre los Refugiados, que se celebrará en Ginebra los días 17 y 18 de diciembre, los Estados, el sector privado y otras partes interesadas anunciarán contribuciones de gran impacto, con el objetivo de reducir la dependencia de las personas refugiadas de la ayuda, ofrecerles la oportunidad de utilizar y mejorar sus capacidades, y también contribuir a las economías de los países de acogida.

En el Foro se presentará el programa de VW, ya que es un ejemplo de cómo la integración permite a las personas refugiadas llevar una vida productiva en los países de acogida.

El duro esfuerzo de Mastura valió la pena. El mes pasado, comenzó un programa de dos años con VW para convertirse en especialista en logística de almacenamiento. Al final, la puede esperar un trabajo permanente.

“El programa es un gran ejemplo de cómo puede funcionar la integración”

“Queríamos ofrecer a los refugiados perspectivas de más largo plazo”, dijo Stefan Kreher, director de recursos humanos de VW Kassel, que puso en marcha el programa en consulta con la oficina de empleo alemana y el Grupo VW.

“El programa es un gran ejemplo de cómo puede funcionar la integración”, dijo. “Hay una demanda de trabajadores cualificados en el sector logístico en esta región, así que es una situación en la que todos ganamos”.

El programa tiene un buen historial de resultados. La mayoría de los participantes pasan a realizar prácticas o son contratados en VW u otros operadores logísticos de la región. Un elemento clave son los cursos de idioma y el apoyo adicional para aquellos que se están recapacitando.

“Empezamos de cero aquí en Alemania, sin conocer el idioma, así que tenemos que esforzarnos mucho para aprobar los exámenes”, dijo el aprendiz sirio Mohammad Al Jaser. “Pero estoy motivado, y creo que puedo lograrlo”.

Cuando llegó a Alemania en 2015, esperaba continuar su carrera como especialista en tecnología de la información, pero se dio cuenta de que la barrera del idioma le obligaba a recapacitarse. Completó el programa en VW antes de conseguir un anhelado contrato de formación. Ahora, en su segundo año, Mohammad está a punto de aprobar sus exámenes y convertirse en un empleado permanente.

“Cuando llegué, no quería sentarme a esperar en el albergue, quería... hacer algo. Ahora estoy pagando impuestos en Alemania, y mis vecinos están orgullosos de mí”, afirmó Mohammad, que con su estipendio ayuda a mantener a su esposa y a su hija de 18 meses.

Para aprendices como Mohammad y Mastura, las perspectivas profesionales pueden significar algo más que tener ingresos, explicó Ariane Kilian, directora del programa de ayuda a refugiados del Grupo VW, que fue establecido durante el pico de llegadas en 2015. VW informó que desde entonces ha ayudado a 5.000 refugiados en sus instalaciones.

“Asumimos un compromiso a largo plazo, y hoy nos centramos en la educación y los encuentros, porque queremos ayudar a los refugiados a enrolarse en programas de aprendizaje o conseguir un trabajo en Alemania”, dijo Kilian.

Eso porque cuanto antes los refugiados consigan un trabajo, tanto más rápido podrán satisfacer las necesidades básicas de sus familias y construir un futuro como miembros productivos de la sociedad.

“Todo este duro trabajo es para el futuro de mis hijos”, dijo Mastura. “Es suficiente para mí que mis hijos sepan que estoy logrando algo. Es tan importante para nosotros que tenga un trabajo estable en Alemania. Este país se ha convertido en mi hogar”.