En la volátil República Centroafricana más de 850.000 personas continúan desplazadas

BANGUI, República Centroafricana, 5 de diciembre de 2014 (ACNUR) – Un año después de que un grupo de milicias cristianas en su mayoría derrotó a una alianza que aglutinaba varios grupos rebeldes de la capital de la República Centroafricana, Bangui, más de 850.000 personas, cerca de un quinto de la población del país, continúan desplazadas.

La captura de Bangui y de la ciudad de Bossangoa por parte de las milicias antibalak, que las arrebataron a la alianza mayormente musulmana seleka, desató una nueva ola de violencia y desplazamientos en el país de 4.5 millones de personas. La inseguridad rápidamente desembocó en caos, con el desplazamiento de cerca de un millón de personas en el interior del país y más de de las fronteras.

La situación de seguridad permanece volátil, con incidentes esporádicos de violencia. En octubre, se desataron conflictos entre algunas milicias y las fuerzas internacionales de mantenimiento de la paz.

Más de 187.000 refugiados huyeron a los países vecinos el año pasado, con un total de más de 423.000 refugiados centroafricanos en la región. Unas 430.000 personas siguen desplazadas internamente, medio millón menos que a fines de diciembre de 2013.

Al comienzo de la emergencia, entre 3.000 y 5.000 refugiados por semana estaban llegando a Camerún, que ya acogía una importante cantidad de refugiados de la República Centroafricana. La mayoría de las nuevas llegadas estaban en condiciones graves, con evidencias en sus físicos de la extrema violencia que habían sufrido.

Muchos estaban severamente desnutridos después de semanas de caminata a través de bosques con poco para comer. Un año después, la relocalización de los refugiados en sitios más seguros y el suministro de servicios vitales, tales como agua y saneamiento, alojamiento y asistencia médica, siguen siendo las prioridades principales.

Miles de refugiados centroafricanos también huyeron a Chad, junto con más de 100.000 ciudadanos chadianos, incluidos la segunda y tercera generación de descendientes de inmigrantes chadianos, la mayoría sin documentos de identidad. Esta crisis puso de relieve el riesgo de ser apátrida para aquellos que perdieron todos los vínculos con su país de origen, sin haber adquirido la nacionalidad de su país de adopción.

ACNUR está trabajando con las autoridades chadianas y otros socios para garantizar que estas personas reciban documentos de identidad. Cerca de 70.000 refugiados de la República Centroafricana huyeron a la República Democrática del Congo y más de 20.000 a la República del Congo.

La situación en la República Centroafricana sigue siendo una de las mayores crisis humanitarias mundiales; sin embargo, podría verse opacada por otras emergencias si no se proporciona más apoyo. ACNUR y sus socios presentaron este año un Plan de Respuesta Regional para los Refugiados, que incluye requisitos financieros de US$209 millones para ACNUR y 15 socios. Hasta ahora, solo el 51% del total de las necesidades están financiadas.

Gracias a la Voluntaria en Línea Lucía Valerga por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.