Un líder de los refugiados somalíes insiste en que la integración local en Sudáfrica es la mejor solución
Un líder de los refugiados somalíes insiste en que la integración local en Sudáfrica es la mejor solución
JOHANNESBURGO, Sudáfrica, 21 de marzo de 2017 (ACNUR) – Movido por la tristeza que percibe en los rostros de sus compatriotas cuando entra en su oficina, Amir Sheik, Presidente Nacional de la Junta Comunitaria Somalí de Sudáfrica (SCBSA), ha tomado la determinación de promover la integración local, una de las tres soluciones duraderas que ofrece el ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y una realidad para la mayoría de ellos.
Entre sus clientes hay refugiados preocupados por sus perspectivas de reasentamiento a la luz de lo que muchos de los defensores de la asistencia humanitaria consideran que es un recrudecimiento de la hostilidad hacia los migrantes en determinados países occidentales, y también hay algunos que temen lo que podría ser el próximo detonante de la hostilidad hacia los extranjeros en los pueblos de Sudáfrica.
Un folleto distribuido recientemente en el que se convocaba a una manifestación contra "los inmigrantes ilegales que ocupan los puestos de trabajo" provocó actos de victimización y pillaje en tiendas propiedad de ciudadanos de Somalia en los pueblos de Atterridgeville, al oeste de Pretoria.
De manera similar, debido a las informaciones según las cuales unos 14 comerciantes somalíes han sido objeto de disparos indiscriminados en la barriada de Khayelitsha, en Ciudad del Cabo, la comunidad de refugiados se siente más atemorizada que nunca.
Pese a todo ello, y mientras el Servicio de Policía de Sudáfrica prosigue sus investigaciones sobre los asesinatos de Khayelitsha, Sheik no defiende el reasentamiento de los miembros de la comunidad somalí y, en lugar de ello, insiste en que ha llegado el momento de promover la integración local efectiva de los refugiados de Somalia en las comunidades en las que estos viven y realizan actividades comerciales.
En relación con la situación en Khayelitsha, Sheik y los líderes empresariales somalíes del pueblo se van a reunir con las entidades empresariales, representantes de Ciudad del Cabo, el Servicio de Policía de Sudáfrica, el ACNUR, las organizaciones cívicas y algunos ciudadanos interesados para idear un plan para garantizar la seguridad de todos los que viven en la barriada.
Además, según Sheik, la comunidad de Somalia tiene que hacer más para promover de manera práctica su integración en Sudáfrica y no delegar esta responsabilidad exclusivamente en el Gobierno, el ACNUR y las ONG socias para la cohesión social.
Cita el ejemplo de la conducta de los somalíes ultraconservadores, quienes, por razones religiosas y culturales, no se dan la mano o, en el caso de los comerciantes, no tocan la mano de un cliente cuando le cobran o le dan el cambio.
"En el contexto sudafricano y teniendo en cuenta la historia del apartheid, esta actitud se interpreta como una situación en la que un hombre de color de otro país africano discrimina y menosprecia a un hombre de color en su propio país. Esto ya de por sí es un motivo de preocupación para las personas más tolerantes".
"Si no tenemos en cuenta la dinámica sociopolítica que ha conformado la psiquis de la sociedad en la que vivimos y trabajamos, estamos abocados a cometer errores innecesarios, y eso para nosotros, los refugiados, puede tener resultados catastróficos".
Sheik también cree que utilizar el término xenofobia como una razón general para explicar todos los altercados entre los refugiados somalíes y los ciudadanos sudafricanos es peligroso.
Sheik dice que hay por lo menos 2.000 pequeños establecimiento propiedad de somalíes en Khayelitsha y sus alrededores y añade: "Si, tomando como base la definición que da el diccionario de la palabra xenofobia, a los miembros de la comunidad les cayéramos tan mal, no habría en estas zonas ninguna tienda propiedad de un somalí".
"Cuando el término xenofobia se utiliza para explicar o justificar todos los desacuerdos entre los refugiados y la comunidad de acogida, no hace sino aumentar la distancia que ya existe entre ambas comunidades".
Sheik está seguro de que muchos de los problemas que enfrentan a los comerciantes somalíes y a las comunidades locales pueden resolverse si ambas partes tienen la voluntad de intentarlo y él está decidido a trabajar con su comunidad para obtener su cooperación y su participación.
Sheik también dice que la regulación de las actividades comerciales y el cumplimiento de los reglamentos municipales son precisamente dos de los problemas a los que los refugiados somalíes van a tener que hacer frente si desean continuar disfrutando de protección en Sudáfrica.
"No tenemos elección y, por nuestro propio bien, esta es, en mi opinión, la mejor de las soluciones duraderas, mejor que la repatriación voluntaria o el reasentamiento, que tanto desean miles de somalíes pero que nunca lograrán".
Según Sheik, los niveles de estrés, desesperación y frustración en relación con el reasentamiento de los refugiados de Somalia en América del Norte en particular, han aumentado enormemente en las últimas semanas.
Si bien no resta importancia al reasentamiento como medida de protección, Sheik cree que los refugiados deben ser realistas y reconocer que esta es una solución para tan solo una fracción de las personas de interés del ACNUR.
En 2016, 956 refugiados somalíes, cuyo número en Sudáfrica asciende a aproximadamente 42.000, fueron reasentados en los Estados Unidos y 86 lo fueron en otros países, como el Canadá y Finlandia.
"En el caso de las situaciones de refugiados prolongadas, como la de los refugiados de Somalia, país del que durante casi 30 años sus ciudadanos se han visto obligados a huir, es necesario invertir más esfuerzos en la solución de la integración local. Nadie debería ser un refugiado para el resto de su vida", dice Charlotte Ridung, Jefa de la Unidad de Sudáfrica del ACNUR. "Los propios refugiados deben esforzarse por adaptarse a las culturas locales".
El ACNUR facilita esta integración a través de sus ONG socias para la cohesión social, Aresta y Zoe-Life, que trabajan en colaboración con los gobiernos municipales y locales y, a veces, con los responsables políticos locales, para hacer frente a los problemas que podrían dar lugar a actos de violencia por xenofobia. Las ONG socias para la cohesión social organizan activamente campañas contra la xenofobia para sensibilizar a la población sobre las dificultades, los derechos y las obligaciones de los refugiados en las comunidades de la provincia Occidental del Cabo y en las provincias de Gauteng y KwaZulu-Natal, con el objetivo de modificar las actitudes negativas de las comunidades de acogida hacia los refugiados y los solicitantes de asilo. Otras actividades de sensibilización son la utilización de emisoras de radio comunitarias y el mantenimiento de diálogos en el marco de talleres sobre cohesión social, en los que se ha impartido capacitación sobre la transformación de los conflictos y la consolidación de la paz en las comunidades a fin de resolver los conflictos sociales entre las comunidades de forma pacífica y evitar que desemboquen en ataques contra los refugiados.
La posición de Sheik se ha visto reforzada por las declaraciones realizadas recientemente por el Ministro de Interior, Sr. Malusi Gigaba, que advertía a los líderes políticos contra las declaraciones irresponsables que pueden incitar a la violencia contra los nacionales de otros países, como los refugiados y los solicitantes de asilo.
Según una noticia publicada en la prensa local, el Ministro subrayó el compromiso de Sudáfrica de establecer y mantener una buena vecindad y relaciones de solidaridad con los ciudadanos de otros países de África y, en aras de dicho compromiso, "las relaciones con los inmigrantes en Sudáfrica deben ser acordes con las leyes nacionales, con los valores basados en los derechos humanos y con la Constitución."
"Como ciudadanos de un país que ha salido de una situación muy difícil y se ha visto inmerso en varios conflictos con varios países durante los 25 largos años en los que Somalia ha sido un país inseguro y ha navegado sin rumbo, ya hemos sufrido bastante", dice Sheik.
"Esta vez he preferido analizar las relaciones entre la comunidad de refugiados somalíes y el país sudafricano en su conjunto desde una perspectiva que nos permita, a largo plazo, resolver nuestros problemas y nuestras diferencias, en lugar de engañarnos a nosotros mismos huyendo a un lugar en el que no somos bienvenidos".
"En Sudáfrica hay posibilidades de vivir bien y los refugiados somalíes deben procurar que sus sueños de encontrar un lugar mejor para vivir se hagan realidad en este país".
Por Pumla Rulashe
Gracias a la Voluntaria en Línea Luisa Merchán por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.