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Un centenario sirio lleva a su familia de vuelta a casa mientras medio millón de personas retornan al país

Historias

Un centenario sirio lleva a su familia de vuelta a casa mientras medio millón de personas retornan al país

El bisabuelo Jassim es uno de los más de 500.000 refugiados sirios que han retornado de los países vecinos desde la caída del régimen de Assad con la esperanza de reconstruir su hogar y su país, a pesar de los muchos desafíos.
16 May 2025
Jassim, retornado sirio de 103 años, junto a los restos de su antigua casa en la zona rural de Al-Qusayr, en la gobernación de Homs.

Jassim, retornado sirio de 103 años, junto a los restos de su antigua casa en la zona rural de Al-Qusayr, en la gobernación de Homs.

A sus más de 100 años, Jassim ha sido testigo de toda una vida de cambios en Siria, pero nada podía prepararle para el horror y la angustia del conflicto. En 2013, cuando los combates asolaban su pueblo cerca de la ciudad de Al-Qusayr, en el oeste de Siria, un proyectil cayó cerca de su casa y mató a tres de sus hijos.

A sus más de 100 años, Jassim ha sido testigo de toda una vida de cambios en Siria, pero nada podía prepararle para el horror y la angustia del conflicto. En 2013, cuando los combates asolaban su pueblo cerca de la ciudad de Al-Qusayr, en el oeste de Siria, un proyectil cayó cerca de su casa y mató a tres de sus hijos.

“Me acuerdo de ellos todos los días y lloro por ellos”, dice, con la voz enronquecida por la edad. “Crías a tus hijos con la esperanza de verlos... dando vida a tu hogar. Ahora ya no están”.

Jassim – que según su documento de identidad tiene 103 años – huyó de Siria al Líbano con lo que quedaba de familia, incluidos los hijos mayores y los nietos de su primer matrimonio y su segunda esposa y los hijos de ambos. Se refugiaron en un asentamiento informal cerca de Baalbek, en el valle libanés de Beqaa, pero la vida como refugiados fue dura. Los inviernos eran muy fríos, los veranos insoportablemente calurosos, y la familia luchaba por pagar el alquiler mensual de 75 dólares por el terreno en el que estaba instalada su tienda familiar.

Durante los 14 años de duración de la crisis siria, esta precaria existencia fue la única opción posible para Jassim y su familia. Pero todo cambió en diciembre de 2024, con el derrocamiento del régimen de Assad, lo que permitió a Jassim planear un retorno a casa que temía que nunca llegara. La familia retornó finalmente a su pueblo, Al-Nahryieh, a finales de abril.

Jassim, (al centro) junto a varias generaciones de sus familiares en la tienda de campaña que han montado donde antes se encontraba su casa.

Jassim, (al centro) junto a varias generaciones de sus familiares en la tienda de campaña que han montado donde antes se encontraba su casa.

El 15 de mayo, el número de sirios que han regresado al país desde la caída del anterior gobierno superó el medio millón, lo que supone una media de 100.000 retornos al mes. Pero a pesar de la palpable sensación de esperanza entre los que vuelven a casa, los retos a los que se enfrentan – como el país en su conjunto – siguen siendo inmensos.

Años de conflicto y crisis han destrozado la economía siria y dejado hogares e infraestructuras en ruinas, mientras que la situación política y de seguridad sigue siendo frágil. Para muchos refugiados retornados, esto significa no tener un lugar seguro donde vivir, no poder ganarse la vida, o no poder matricular a sus hijos en la escuela ni tener acceso a atención médica u otros servicios básicos.

Jassim y su familia vivieron una realidad parecida cuando retornaron a su pueblo hace varias semanas. “Cuando llegamos, encontramos nuestra casa destruida”, dijo. “Sentí que estaba empezando otra vez de cero”. Durante dos días, él y su familia limpiaron escombros antes de montar la misma tienda en la que habían vivido durante su estancia en el Líbano, esta vez, entre los escombros que quedaban donde antiguamente estaba su casa.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está trabajando con las autoridades interinas y otros socios para ayudar a los refugiados y a los desplazados internos sirios que están retornando a sus lugares de origen. Esto incluye ayuda para rehabilitar y reparar los hogares dañados, apoyo legal para reemplazar los documentos de identidad y los títulos de propiedad perdidos, e iniciativas para crear medios de vida.

Sin embargo, mientras ya son 500.000 los refugiados sirios retornados de los países vecinos – además de unos 1,2 millones de desplazados internos que también volvieron a sus lugares de origen en los últimos cinco meses – la capacidad de ACNUR para ayudar a todas las personas que lo necesitan se ve limitada por los brutales recortes en la financiación humanitaria, lo que amenaza la futura recuperación y estabilidad de Siria y su pueblo.

El mukhtar, o líder local, de Al-Nahryieh y otros dos pueblos vecinos, Ahmed Al Housaine, confirmó el retorno a la zona de 1.200 familias, desde diciembre.

“Son más de 10.000 personas en tres pequeños pueblos, y las necesidades son enormes. Las casas y las escuelas están destruidas. No hay centro de salud, ni farmacia, ni médico. El centro comunitario de ACNUR, que está a 5 kilómetros, nos está ayudando mucho para cubrir algunas de estas necesidades. ACNUR también nos dio lámparas solares y rehabilitó 65 casas”, dijo Al Housaine.

“Ahora estamos llegando a 500.000 retornados en Siria. Todas personas que están empezando sus vidas desde cero”, dijo Lujain Hasan, asociada de protección de ACNUR en Siria. “Necesitan nuestro apoyo. Es realmente urgente ahora intentar reintegrar a estos retornados en sus comunidades... [pero] el reto principal y más apremiante es la escasez de fondos”.

Jassim hablando con la asociada de protección de ACNUR Lujain Hasan fuera de la tienda de campaña donde vive con su familia, en el pueblo de Al-Nahryieh, en la gobernación de Homs, Siria.

Jassim hablando con la asociada de protección de ACNUR Lujain Hasan fuera de la tienda de campaña donde vive con su familia, en el pueblo de Al-Nahryieh, en la gobernación de Homs, Siria.

Sin embargo, a pesar de las numerosas dificultades, Hasan afirma que la impresión que prevalece cuando habla con las familias que retornan a casa después de tantos años es el optimismo.

“Cuando te reúnes con los retornados, ves la esperanza en sus miradas. Quieren reconstruir no sólo sus casas, sino todo el país”, afirma. “Realmente es hora de invertir, de intentar apoyar a estas personas para que vuelvan a construir su vida”.

A pesar de la angustia y las penurias que ha sufrido en los años más recientes de su vida, Jassim, que acaba de convertirse en bisabuelo, está agradecido por haberle devuelto a su familia al lugar que le pertenece.

“La patria es lo más valioso. Esta es nuestra tierra, nuestro país, nuestra alma”, dijo Jassim, mientras su voz cobraba fuerza. “Nací aquí, crecí aquí... y moriré aquí”.