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Día Mundial del Refugiado: Enterrando una historia para celebrar otras muchas

Historias

Día Mundial del Refugiado: Enterrando una historia para celebrar otras muchas

Después de casi doce años, Nera ya sabe dónde está su hijo. Durante todo este tiempo de incertidumbre, su desaparición le quitaba el sueño a esta mujer refugiada en Ecuador.
20 June 2012
Mientras Nera enterraba a su hijo, que apenas tenía 22 años cuando desapareció, en el barrio se celebraba con un encuentro deportivo de jóvenes el Día Mundial del Refugiado.

LAGO AGRIO, Ecuador, 20 de junio (ACNUR) – Después de casi doce años, Nera ya sabe dónde está Jose Luís. Era su hijo mayor, y durante todo este tiempo de incertidumbre y huida, su desaparición quitaba el sueño a esta mujer colombiana que vive como refugiada en Ecuador. El joven no dejó rastro, pero ella sabía que su desaparición estaba unida al conflicto que se vivía en el departamento colombiano de Putumayo. No podían regresar a buscarle, pero tampoco podían quedarse y correr el riesgo de que el resto de la familia corriera peligro.

"Nosotros dejamos nuestra casa, abandonamos la finca, lo perdimos todo. Pero lo que más nos duele es esa pérdida de un hijo, de no saber qué es lo que le pasó, si sufrió, . . . Eso no se recupera con el tiempo. Ahora, ambos podemos descansar", explica esta mujer de manos curtidas que vive con su esposo y otros seis hijos en la capital de la provincia amazónica de Sucumbíos.

Después de casi doce años, hoy Nera entierra sus restos mortales. Mientras, a escasos doscientos metros, Lago Agrio celebra el Día Mundial del Refugiado.

"Nuestra vida aquí es dura. Mi esposo está enfermo, y le es difícil encontrar un trabajo. Yo lavo ropa, hago lo que puedo, y me encargo de mis hijos. Sin embargo, al menos aquí sé que estoy segura. Incluso después de tanto tiempo, no pienso en volver a mi país".

Como Nera, alrededor de 13.000 refugiados viven en la provincia ecuatoriana de Sucumbíos, frontera con el Putumayo Colombiano. Muchos de ellos comenzaron a llegar a inicios de la década del 2000, arrastrando duras historias de masacres, desapariciones forzadas y expolio de sus tierras. Después de diez años, siguen llegando compatriotas suyos con historias de niños perdidos, de miedo. Y ninguno quiere regresar.

"El recrudecimiento del conflicto en zonas como el Putumayo genera un impacto directo en términos de desplazamiento forzado, que en muchos casos resulta en una expulsión más allá de las fronteras. En Lago Agrio, el ritmo de llegadas de personas en busca de refugio se mantiene constante. Y, sin embargo, las dificultades para acceder al procedimiento de refugio o el lento proceso de integración, hacen que muchos de ellos permanezcan invisibles", explica Xavier Creach, quien dirige la oficina local del ACNUR.

Mientras Nera estaba enterrando a su hijo, que apenas tenía 22 años cuando desapareció, el barrio celebra con un encuentro deportivo de jóvenes el Día Mundial del Refugiado. Hay bailes, danza, teatro y, sobre todo, la presencia de adolescentes no sólo de Lago Agrio, sino también del vecino departamento de Putumayo, en Colombia.

"A mi hijo le gustaba jugar fútbol, como a estos jóvenes que ahora pueden disfrutar de una cancha deportiva. Hay que darles oportunidades a los jóvenes, para que ellos y otras familias no sufran lo que nosotros hemos sufrido", murmura esta mujer que aún hoy no puede evitar derramar sus lágrimas ante el pequeño féretro que contiene los restos de su hijo.

Como ella explica, gracias a la cooperación de ACNUR con el Municipio de Lago Agrio, se han desarrollado una serie de proyectos destinados a crear espacios recreativos y formativos para los jóvenes refugiados y ecuatorianos que viven en los barrios menos favorecidos de la ciudad donde esta población se enfrenta a la falta de oportunidades de futuro y la exposición a conductas de riesgo. A través de una cancha polideportiva y del apoyo psicosocial, lo jóvenes se están organizando, hacen actividades y, como hoy, participan de manera activa en la vida barrial.

A Nera le quedan seis hijos más. Uno de ellos, de quince años, incluso ha sido seleccionado por un gran equipo nacional. Ella respira mientras entierran el cuerpo. Hoy es el Día Mundial del Refugiado.

Por Sonia Aguilar en Lago Agrio, Ecuador