Documentos de identidad ecuatorianos para refugiados mejoran sus oportunidades para empezar de nuevo
Documentos de identidad ecuatorianos para refugiados mejoran sus oportunidades para empezar de nuevo
QUITO, Ecuador, 01 de mayo de 2018 (ACNUR) – Después de huir del conflicto en Costa de Marfil, para Aiswarya fue difícil alquilar un departamento en Quito o postular a un trabajo sin una cédula de identidad ecuatoriana.
"La gente no confía en alguien que no puede demostrar su identidad con un documento fácilmente reconocible", dice Aiswarya, quien llegó a la capital del país andino, Quito, con su madre en 1999.
Como refugiada reconocida, ella tenía un documento de identificación. Sin embargo, éste no es reconocido por todos.
Aiswarya pudo superar este obstáculo en noviembre del 2017, cuando el Registro Civil le emitió una cédula de identidad ecuatoriana como parte de la implementación de la ley que provee garantías para personas en movilidad humana como ella. Parte de ese reconocimiento de derechos, la Ley Orgánica de Movilidad Humana establece igualdad de trato para refugiados y solicitantes de asilo, otorgándoles un estatus de residencia que les permite su plena integración a la vida nacional.
Como paso fundamental para la implementación de estos cambios, ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, ha trabajado en colaboración con el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana y el Registro Civil para garantizar que los refugiados reciban cédulas de identidad ecuatorianas.
A pesar de que de acuerdo con la Constitución de Ecuador, los refugiados y solicitantes de asilo han accedido regularmente a los mismos derechos que los ecuatorianos, tal es el caso del acceso a salud y educación, la falta de una cédula de identidad nacional dificulta procesos administrativos y burocráticos que terminan limitando los servicios con instituciones públicas y privadas.
“Después de haber trabajado tantos años en Ecuador, finalmente podré pedir un préstamo y construir mi casa”.
Estos incluyen dificultades para abrir cuentas bancarias y obtener créditos. Además, sin una cédula de identidad es más difícil que los refugiados puedan enrolarse en el sistema de seguridad social nacional, el cual es esencial para obtener un empleo formal y acceder a los beneficios asociados a este como la jubilación.
Ecuador es el país en América Latina que acoge a la mayor población refugiada; para marzo de 2018, 61.114 refugiados han sido reconocidos; de éstos, aproximadamente 97% son personas que han huido del conflicto armado interno en Colombia.
Desde noviembre de 2017, como Aiswarya, al menos 1.100 refugiados han recibido cédulas de identidad, lo que los encamina a participar plenamente en la vida nacional y contribuir al desarrollo de Ecuador.
La Representante de ACNUR en Ecuador, María Clara Martín asegura que proveer cédulas de identidad es un avance importante. Es “una medida innovadora que reafirma el compromiso de Ecuador con la integración de los refugiados”.
Actualmente la emisión de documentos se realiza en las principales ciudades del país Quito, Guayaquil y Cuenca. En vista de que muchos refugiados viven en áreas rurales, ACNUR, a través de su socio local HIAS, Organización Hebrea de Ayuda a Inmigrantes y Refugiados, provee asistencia con sus gastos de viaje y orientación sobre el proceso. Hasta el momento, más de 220 refugiados han sido asistidos a través de este programa.
Aiswayra está segura de que este paso dará más oportunidades a los refugiados para construir sus vidas en su nuevo hogar, facilitando su acceso a educación y empleo. “Después de haber trabajado tantos años en Ecuador, finalmente podré pedir un préstamo y construir mi casa”, asegura.