RDC: ACNUR necesita otros 70 millones de dólares para afrontar la crisis de desplazamiento
RDC: ACNUR necesita otros 70 millones de dólares para afrontar la crisis de desplazamiento
ACNUR ha pedido hoy martes 69,6 millones de dólares adicionales para ayudar durante 2013 a miles de civiles desplazados en la región de los Grandes Lagos. Estos fondos se destinarán a atender a las personas desarraigadas el año pasado por el conflicto en las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur, en la República Democrática del Congo, así como a los posibles desplazamientos que tengan lugar durante este año, y a asistir a los desplazados internos (IDPs por sus siglas en inglés) que deseen retornar.
Este llamamiento incluye 22,6 millones de dólares para la República Democrática del Congo, 7 millones para Burundi, 17,7 millones para Ruanda y 22,3 millones para Uganda. Esta cantidad se añade al presupuesto de 282,4 millones para 2013 aprobado el pasado mes de octubre por el órgano de gobierno de ACNUR para todas las operaciones en estos cuatro países.
Este dinero es vital para hacer frente a las necesidades básicas de unos 453.600 civiles congoleños desplazados en el interior de la RDC y más allá de sus fronteras a causa de la violencia desatada el año pasado en las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur, entre ellos 5.600 refugiados en Burundi, 23.000 en Ruanda y 35.000 en Uganda.
Dado que se espera que la situación siga siendo inestable en el este de la RDC en 2013, el llamamiento también prevé cubrir las necesidades de 50.000 personas que podrían verse forzadas a desplazarse durante el año, 50.000 desplazados internos que podrían retornar a zonas más tranquilas, así como de 5.400 nuevos refugiados en Burundi, 11.000 en Ruanda y 40.000 en Uganda.
Esta financiación suplementaria cubrirá los costes de registro de refugiados, las actividades de protección para refugiados y desplazados internos, la construcción de un nuevo campo en Burundi y la mejora de infraestructuras en los campamentos para desplazados internos y en los centros de tránsito de los cuatro países, la distribución de materiales de refugio y artículos no alimentarios y apoyo a los servicios básicos en los campos de desplazados internos y refugiados, incluyendo la atención sanitaria, educación agua y saneamiento.
En la República Democrática del Congo, entre las actividades específicas se incluyen la distribución de 16.600 refugios temporales, el aumento del seguimiento de la protección, la construcción de 16.000 letrinas en asentamientos y aldeas de retorno, la perforación de 35 nuevos pozos y la instalación de sistemas de distribución de agua.
En Burundi, además de construir un nuevo campo en Cankuzo para acoger a 10.000 personas, ACNUR también tiene la intención de construir y equipar dos nuevos centros de tránsito y poner en marcha cursos de formación profesional en el campo. Por otra parte, la Agencia de la ONU para los Refugiados prevé que el campo de refugiados de Kigeme, en Ruanda, que fue reabierto y ampliado el año pasado, pronto alcanzará su capacidad máxima para 25.000 personas, por lo que es necesario ampliar las instalaciones y reparar viviendas. Asimismo, la Agencia va a reforzar los servicios locales, incluidos los de atención sanitaria, para que puedan atender a la población refugiada.
En Uganda, ACNUR seguirá manteniendo y mejorando los dos principales centros de tránsito en el sur, así como el asentamiento de Rwamwanja, que previsiblemente alcanzará su capacidad máxima de 50.000 refugiados durante este año. Se tiene prevista la creación de nuevas aldeas y la mejora de infraestructuras conexas en el asentamiento, la asignación de parcelas de terreno y materiales para la construcción de refugios y la distribución de artículos de asistencia humanitaria a 13.500 nuevas familias refugiadas. ACNUR también tiene previsto mejorar las instalaciones sanitarias y educativas.
Esta solicitud de fondos suplementarios se produce en un contexto de incertidumbre política y de crecientes tensiones, así como de nuevos desplazamientos en el este de la República Democrática del Congo tras las luchas de poder entre facciones rivales del movimiento rebelde M23. Miles de personas han sido desplazadas en la provincia de Kivu Norte, entre ellas unas 3.000-4.000 personas que buscaron refugio en los alrededores de la base de la MONUSCO en Kitchanga, mientras que más de 4.000 congoleños huyeron a Uganda durante la semana pasada.
Después de tres años de relativa calma entre el gobierno y numerosos grupos armados en el este del país, en marzo y abril estallaron los combates en Kivu Norte entre el ejército y un grupo de amotinados que se autodenominan "movimiento rebelde del 23 de marzo" o M23.
Sucesivas oleadas de violencia han obligado a un ingente número de civiles a huir a zonas más seguras de la RDC o a países vecinos. El pasado mes de noviembre, el M23 realizó una ofensiva y durante un breve periodo tomó el control de la capital de la provincia, Goma. En diciembre se iniciaron las conversaciones de paz en Kampala, pero la semana pasada el futuro parecía incierto una vez más a raíz de la escisión entre las facciones militar y política del M23, que desató nuevos combates. Unos días antes, los líderes regionales africanos se habían reunido en Addis Abeba y habían firmado un acuerdo bajo los auspicios de Naciones Unidas con el fin de lograr la paz.
La nueva incertidumbre en la región hace que este llamamiento sea aún más importante y demuestra lo frágil e inestable que es la situación y la importancia de que la comunidad internacional ayude a aquellos que más sufren, los civiles, muchos de los cuales han sido desplazados en varias ocasiones. Sin duda, la situación humanitaria en la República Democrática del Congo se ha deteriorado durante los últimos seis meses y hay un grave riesgo de epidemias a gran escala como el cólera o el sarampión.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA por sus siglas en inglés) estima que actualmente hay unos 914.000 desplazados internos en Kivu Norte y 912.000 en Kivu Sur. La mayoría viven con comunidades de acogida, pero unas 114.000 personas viven en campos.