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Legado del Equipo Olímpico de Atletas Refugiados es resaltado por el COI en la clausura de Río 2016

Historias

Legado del Equipo Olímpico de Atletas Refugiados es resaltado por el COI en la clausura de Río 2016

En la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Río 2016 el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, afirmó que los atletas son un símbolo de esperanza para millones de refugiados.
22 agosto 2016
En la ceremonia de clausura de Río 2016 el presidente del COI, Richard Bach, saludó al Equipo Olímpico de Atletas Refugiados.

RÍO DE JANEIRO, Brasil, 22 de agosto de 2016 (ACNUR) – Después de dos semanas de competiciones, desafíos emocionantes y decenas de récords, los Juegos Olímpicos de Río 2016 se cerraron ayer, teniendo como uno de sus principales legados la histórica e inédita participación del Equipo Olímpico de Atletas Refugiados.

Conformado por 10 atletas de cuatro nacionalidades diferentes, el Equipo participó en competiciones de natación, yudo y atletismo. Aun sin conquistar ninguna medalla, el Equipo fue uno de los más aplaudidos por el público durante los Juegos, desde la ceremonia de apertura hasta la clausura, en la noche de ayer, y fue objeto de una vasta cobertura por parte de medios de comunicación de todo el mundo.

Los Atletas Refugiados se convirtieron en las estrellas de la Villa Olímpica, donde varios de sus compañeros pidieron tomarse una foto con ellos y escuchar sus historias. Los Atletas Refugiados también realizaron muchas entrevistas con la prensa nacional e internacional, volviéndose muy conocidos en todo el mundo.

Durante la ceremonia de clausura, en el estadio Maracaná, el Equipo recibió una mención especial por parte del presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach. "Gracias, queridos atletas refugiados. Ustedes nos inspiran con su talento y espíritu humano. Ustedes son un símbolo de esperanza para millones de refugiados en el mundo y tendrán por siempre un lugar en nuestros corazones", afirmó Bach.

El último integrante del Equipo Olímpico de Atletas Refugiados en competir en Río 2016, el etíope Yonas Kinde, concluyó la maratón en el lugar 90: "Mostré que los refugiados pueden hacer algo importante", dijo.

El último atleta del Equipo en participar en una competencia en los Juegos Olímpicos fue el refugiado etíope Yonas Kinde, quien compitió en la maratón y se clasificó en el 90º lugar, con un tiempo de 2 horas y 24 minutos. Así como los demás atletas refugiados, Yonas se declaró satisfecho de su desempeño en las Olimpiadas y resaltó la importancia de la participación del Equipo en los Juegos.

"Estamos mostrando a todo el mundo que somos seres humanos. Tenemos que recordar a los millones de refugiados y mostrar nuestro amor y respeto hacia estas personas", dijo Yonas, inmediatamente después de haber terminado la maratón. "Hoy, con mi prueba, mostré que todos los refugiados pueden hacer algo importante, no solamente en el atletismo, sino que en cualquier otra cosa", resaltó el atleta.

La capacidad de realización, determinación y superación de los refugiados fue resaltada por el Equipo en todas las competencias en que participaron. Luego de visitar a los atletas el fin de semana pasado, la Alta Comisionada Adjunta de la Agencia de la ONU para los Refugiados, Kerry T. Clements, afirmó que los atletas "son un símbolo máximo del espíritu humano, de determinación y de pasión". Según ella, los atletas representan "verdaderas historias de coraje y heroísmo".

Sobre los resultados alcanzados en las competencias de Río 2016, Clements recordó que "las Olimpiadas no tienen que ver necesariamente con el ganar". Ella afirmó que "el espíritu olímpico está relacionado con la manera de competir y de presentarse". En este sentido, Kelly T. Clements cree que los atletas refugiados "son verdaderamente olímpicos" y que el Equipo mostró que hay "motivos de esperanza" con relación a las soluciones para la mayor crisis de refugiados de la historia desde la Segunda Guerra mundial.

La Alta Comisionada Adjunta Kelly T. Clements (al centro) se encontró con el Equipo Olímpico de Atletas Refugiados, a quienes definió "símbolo máximo del espíritu humano, de determinación y de pasión".

Legado y futuro – Las autoridades del COI y del ACNUR ya están haciendo planes con respecto al futuro de esta iniciativa, liderada por el Comité Olímpico Internacional, con el apoyo de la Agencia de la ONU para los Refugiados.

"El Equipo captó la atención del mundo y, en un breve período de tiempo, cambió el discurso sobre los refugiados. No hay duda de que dejaron un legado al participar en estos Juegos Olímpicos y también sirvieron de inspiración para todos nosotros, para que sigamos trabajando para la paz y para ayudar a las personas que son forzadas a huir de la guerra y los conflictos", afirmó Clements.

Según ella, el ACNUR y el COI continuarán trabajando juntos para "ofrecer oportunidades a los atletas refugiados y a otros refugiados para que tengan un futuro a pesar de las adversidades que enfrentan".

La semana pasada, al hacer un balance de los Juegos en una entrevista con la prensa, Bach afirmó que el COI y el ACNUR "cuidarán de los atletas refugiados". Ayer, en la ceremonia de clausura, él subrayó este compromiso. "seguiremos estando a su lado después de los Juegos Olímpicos. Ustedes llegaron a Brasil como invitados y hoy se marchan como amigos", dijo el presidente del COI, para quien los Juegos de Río "demostraron que la diversidad es enriquecedora para todo el mundo".

Sobre el Equipo de Refugiados – El Equipo Olímpico de Atletas Refugiados fue constituido por iniciativa del COI, que le solicitó al ACNUR identificar un grupo de refugiados con experiencia deportiva. El ACNUR señaló cerca de 50 nombres y el COI estableció junto con las federaciones y los comités nacionales un programa de entrenamiento para los atletas, que culminó con la selección de los diez refugiados que llegaron a Río de Janeiro.

El ACNUR y el COI colaboran desde hace más de veinte años. Desde el año 1994, las dos entidades actúan juntas en el desarrollo de proyectos que promueven el deporte como factos de desarrollo y bienestar de las personas refugiadas, principalmente los niños. Los proyectos incluyen la construcción de espacios para la práctica del deporte, la provisión de equipos y el establecimiento de programas de entrenamiento.

Por Luiz Fernando Godinho y Miguel Pachioni en Río de Janeiro, Brasil