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"Me dio pánico que le hicieran algo a mi niña"

Historias

"Me dio pánico que le hicieran algo a mi niña"

El esposo de Alicia fue asesinado por no pagar a tiempo el impuesto que cobran las pandillas, ella tuvo que huir con su bebé en brazos para sobrevivir.
23 September 2019
El papá de Fernanda fue asesinado en Centroamérica por las pandillas. A muy temprana edad tuvo que huir para salvar sus vidas.
El papá de Fernanda fue asesinado en Centroamérica por las pandillas. A muy temprana edad tuvo que huir para salvar sus vidas.

Ciudad de México, México - Alicia* tenía una panadería en Honduras. Junto a su esposo, ella vendía en los portales de la ciudad el pan que horneaban en casa. La joven pareja llevaba una vida normal, el problema comenzó cuando las pandillas se adueñaron de la zona. Al poco tiempo, los criminales comenzaron a cobrar un “impuesto de guerra” a las personas con negocios. De un día para otro, todos los locales debían de pagar una cuota a las pandillas. Nadie se podía negar, pues los criminales los amenazaban de muerte: “El dinero que les pagábamos era un gasto extra a la renta, entonces había meses que no salíamos en gastos”, platica Alicia.

La pareja siempre fue puntual con sus pagos. Alicia recuerda que en una ocasión hasta pidieron dinero prestado a sus familiares para cubrir el impuesto a tiempo. Pero las pandillas querían más y más dinero, entonces les subieron la cuota. “Se volvió impagable y no podíamos sostenerlo más”, recuerda Alicia, “cerramos nuestro negocio por las amenazas y nos mudamos a un lugar mucho más pequeñito”.

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Ambos pensaron que cambiando de zona estarían lejos del peligro, pero las pandillas se expandieron y tomaron más poder. En menos de lo que imaginaron, los volvieron a extorsionar, incluso una noche les reportaron un incendio en su negocio. “No sabíamos si cerrar o irnos de ahí”, dice Alicia quien en ese entonces ya estaba embarazada de la pequeña Fernanda. Aunque pagaban a las pandillas todo lo que les pedían, algunos meses la pareja se retrasaba, “cada día recibíamos más amenazas, pero teníamos un bebé en camino. No podíamos abandonar el negocio”, comenta Alicia.

Las cosas empeoraron y las pandillas asesinaron a su esposo. Este fue un golpe devastador para Alicia, quien con terror decidió jamás volver a la panadería. Poco salía de su casa y cuando nació su bebé decidió que no podía seguir viviendo ahí: “me dio pánico que le hicieran algo a mi niña. Mi única opción fue huir”, recuerda, “me despedí de mi familia y me vine a México”. Con miedo abandonó todo lo que conocía, pues sabía que el riesgo era muy alto si permanecía en Centroamérica. Las pandillas destruyeron la vida que Alicia había construido y terminaron con su familia.

El día de hoy Alicia y Fernanda viven como refugiadas. Alicia se dedica a la panadería y cuida de su hija mientras crece y puede ir a la escuela. Aunque viven lejos de su hogar, ahora ambas están bajo un techo seguro y viven en paz.

Miles de familias han sido separadas por la violencia en Centroamérica. Tú puedes ayudar a las mujeres y niñas que tienen que huir de casa y abandonarlo todo.

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*Los nombres han sido modificados para proteger la identidad de los entrevistados.