Cerrar sites icon close
Search form

Search for the country site.

Country profile

Country website

Con el apoyo de ACNUR, niños y jóvenes indígenas venezolanos utilizan el transporte público para ir a la escuela en Boa Vista, Brasil

Comunicados de prensa

Con el apoyo de ACNUR, niños y jóvenes indígenas venezolanos utilizan el transporte público para ir a la escuela en Boa Vista, Brasil

La acción beneficia a la población en edad escolar que vive en el mayor albergue de América Latina para refugiados y migrantes indígenas procedentes de Venezuela.
12 May 2022
86 niñas y niños se beneficiarán de la iniciativa, que también ofrece un crédito a padres y tutores para el uso del transporte.

Português

BOA VISTA, Brasil – Amanece en el albergue Waraotuma a Tuaranoko, y las madres indígenas de la etnia Warao que ahí residen preparan a sus hijas e hijos para ir a la escuela. “La educación es la principal puerta para garantizar un futuro mejor para mis hijos”, señala Rosana Hernández, de 42 años, madre de cinco hijos en edad escolar. Delis del Valle, otra madre warao que vive en el albergue con sus dos hijos, añade: “La escuela a la que asisten mis hijos está muy lejos, y faltaban a la escuela porque no había forma de llegar. Ahora tendrán menos faltas”.

El traslado de Rosana y Delma, así como de otras madres y padres que viven en el Tuaranoko, representa una nueva etapa en la vida de las familias en el que es el mayor albergue para personas indígenas refugiadas y migrantes de América Latina. Trasladadas al lugar hace casi dos meses, las familias se enfrentaban a dificultades logísticas y económicas para garantizar el acceso a la educación de sus hijos inscritos en escuelas alejadas del albergue.

Pero esta situación está cambiando gracias a una intervención puntual de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados. Desde esta semana, las familias con hijos en edad escolar disponen de apoyo económico para llevar a sus hijos a las escuelas públicas en las que están inscritos. Se trata de un crédito, a través de una tarjeta que se utilizará en el transporte público municipal de Boa Vista, que tendrá una validez de hasta tres meses, para dar tiempo a que se realicen los traslados escolares.

Las madres no son las únicas que están satisfechas. Leornardo, de 12 años, está ansioso por volver a la escuela y poder ver de nuevo a sus amigos. “No fui a clases durante un tiempo por la distancia. Ahora volveré a ver a mis compañeros brasileños y venezolanos, y aprenderé mucho de ellos”, explica.

El Waraotuma a Tuaranoko es el nuevo albergue indígena de la Operación Acogida, la respuesta del Gobierno brasileño al flujo de personas refugiadas y migrantes de Venezuela a Brasil. Con capacidad para 1.500 personas, ya cuenta con una población de aproximadamente 1.000 residentes. Se inauguró el 14 de marzo, tras un largo proceso de consulta con las poblaciones indígenas que se encontraban en los albergues Pintolândia, Tancredo Neves y Nova Canaã, que fueron inhabilitados por no contar con la infraestructura adecuada para ofrecer asistencia y protección humanitaria de acuerdo con las normas internacionales observadas por la Operación Acogida.

La iniciativa de ACNUR beneficiará a 86 niñas, niños y jóvenes. Además de los alumnos, 43 padres y tutores también recibirán créditos para el transporte en caso de que tengan que acompañarlos a la escuela donde están matriculados. Estos niños y jóvenes siguen asistiendo a las escuelas públicas cercanas a los albergues de los que fueron trasladados a Tuaronoko. “Con esta ayuda para el transporte, será mucho más fácil llegar a las escuelas desde el nuevo albergue”, comenta Rosana.

El acceso al transporte público para asistir a la escuela fue una de las preocupaciones mencionadas por la comunidad indígena que vive en los albergues inhabilitados durante las consultas y los diagnósticos participativos que precedieron al traslado a Tuaranoko. En las consultas, entre los principales retos mencionados está la dificultad de mantener a las niñas, los niños y adolescentes en el ciclo escolar, ya que las familias no tendrían medios para asumir los gastos de transporte.

“ACNUR, la Operación Acogida y las organizaciones socias están creando nuevas soluciones para la integración social y económica, y el desarrollo de las personas refugiadas y migrantes. El apoyo puntual para el transporte de la niñez y juventud indígenas es una forma de apoyo para quienes aún no han sido trasladados a las escuelas cercanas al nuevo albergue”, explica Arturo de Nieves, Jefe Interino de la Oficina de ACNUR en Boa Vista.

En colaboración con las autoridades educativas locales, ya se ha logrado trasladar a 17 niños y adolescentes que estaban en los albergues inhabilitados a escuelas cercanas a Tuaranoko. Otras 13 peticiones de traslado están en proceso de aprobación.

El albergue Waraotuma a Tuaranoko – nombre elegido por la población acogida, que significa “lugar de descanso para indígenas Warao” – se construyó para responder a las demandas específicas de la población indígena de las etnias de Venezuela, incluidos los problemas de infraestructura y privacidad detectados en los albergues ocupados anteriormente por esta población.

Actualmente, hay tres albergues indígenas en la Operación Acogida en Roraima, gestionados por organizaciones socias de ACNUR, en el marco de un acuerdo de cooperación técnica con el Ministerio de Ciudadanía (además de Tuaranoko, son los albergues Jardim Floresta, en Boa Vista, y Janakoida, en Pacaraima, en la frontera con Venezuela). En conjunto, estos lugares albergan a casi dos mil personas indígenas de Venezuela e imparten clases y cursos para la población adulta con el objetivo de formar y poner en marcha proyectos de autonomía económica a través del emprendimiento y el empleo formal. En estos albergues conviven más de cinco grupos étnicos.

El albergue Tuaranoko responde a las necesidades específicas de las comunidades indígenas refugiadas e incluye un espacio para la recreación y el desarrollo de la niñez, un área para la atención extraescolar, proyectos de artesanía, unidades residenciales con hamacas y cocinas tradicionales. El sitio está gestionado por ACNUR en colaboración con la Asociación de Voluntarios para el Servicio Internacional (AVSI Brasil).

“La educación es un derecho humano básico que protege a niñas, niños y adolescentes, previniendo el trabajo infantil. También refuerza la capacidad de recuperación de la comunidad al promover los conocimientos y las habilidades necesarias para una vida productiva e independiente. Seguiremos dialogando con las autoridades municipales para trasladar a los niños y adolescentes que viven en Tuaranoko a escuelas cercanas al lugar”, añade Arturo de Nieves.