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ACNUR y sus socios se movilizan para ayudar a miles de personas en Mozambique tras el ciclón tropical Gombe

Notas de prensa

ACNUR y sus socios se movilizan para ayudar a miles de personas en Mozambique tras el ciclón tropical Gombe

22 March 2022
Julienne, una refugiada burundesa que vive en el asentamiento de refugiados de Maratane con sus tres hijos, frente a lo que solía ser su casa.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, junto con el Gobierno de Mozambique y sus socios humanitarios, se apresura a ayudar a miles de familias afectadas por el ciclón tropical Gombe, que tocó tierra en la provincia de Nampula el 11 de marzo de 2022, destruyendo hogares, inundando tierras de cultivo y forzando a la población a huir en busca de seguridad.

Gombe es la tormenta más fuerte que ha golpeado a Mozambique desde que los ciclones Idai y Kenneth causaron estragos en la primavera de 2019, dejando cientos de personas fallecidas y desplazando a unos 2,2 millones de personas. El ciclón Gombe ha llegado a Mozambique menos de dos meses después de la tormenta tropical Ana, que tocó tierra en el norte y el centro de Mozambique el 24 de enero, afectando a 180.869 personas, hiriendo a 207 y dejando al menos a 38 muertos, principalmente en las provincias de Zambezia, Nampula y Tete.

Aunque la intensidad y el impacto del ciclón Gombe parecen ser menos graves que los de Idai y Kenneth, esta tormenta de categoría 4 trajo consigo vientos feroces de hasta 190 km/h, lluvias intermitentes y tormentas eléctricas, dañando infraestructuras importantes, y cortando la electricidad y las comunicaciones en la ciudad de Nampula, así como en el cercano asentamiento de refugiados de Maratane y en los lugares que acogen a las personas desplazadas internas (PDI) de la provincia de Cabo Delgado.

De acuerdo con las autoridades locales, solo en la provincia de Nampula hay más de 380.000 personas afectadas, entre ellas decenas de miles de personas desplazadas. Necesitan urgentemente ayuda humanitaria, incluido material de alojamiento para reconstruir las casas que se derrumbaron durante la tormenta.

Entre las personas afectadas se encuentra una refugiada burundesa, madre soltera de tres hijos, quien contó a ACNUR que su familia había huido a la casa de un vecino en el asentamiento de Maratane después de que la suya quedara completamente destruida. Un joven comentó que sus cultivos habían sido devastados por la tormenta, lo que le hizo temer que ya no podría mantenerse a sí mismo y a su familia de cuatro miembros.

ACNUR se está movilizando para brindar los alojamientos que se necesitan con urgencia y otros artículos esenciales desde sus almacenes para ayudar a 62.000 personas refugiadas, PDI y miembros de la comunidad de acogida.

En el campamento de refugiados de Maratane – que acoge a 9.300 personas refugiadas – también resultaron dañadas varias infraestructuras básicas, como la escuela primaria, el centro de salud, los almacenes de ACNUR, el centro de tránsito y el sistema de riego. Se requieren más fondos para garantizar que esas reparaciones puedan llevarse a cabo de modo que los servicios básicos para las personas refugiadas no se vean interrumpidos. 

Como agencia líder del Clúster de Protección, ACNUR y sus socios están visitando centros de alojamiento que acogen a las familias recién desplazadas para evaluar sus necesidades, que van desde el alojamiento, la alimentación y la atención de salud hasta la protección contra la explotación y el abuso sexual (PSEA, por sus siglas en inglés), así como los servicios de salud mental y apoyo psicosocial necesarios debido a la aterradora experiencia de la tormenta. Además, estamos trabajando para brindar a las PDI acceso a documentos de identidad y de estado civil, que muchas perdieron al huir de sus hogares.

Todas las regiones del mundo están experimentando riesgos climáticos. Los ciclones y otras tormentas son cada vez más frecuentes y graves, las inundaciones son más fuertes, las sequías se intensifican y los incendios forestales son cada vez más devastadores.

El cambio climático inducido por el ser humano se está acelerando y ya está causando alteraciones amplias y peligrosas a la naturaleza y a las personas. Quienes cuentan con menos medios para adaptarse son las personas más afectadas, como las personas refugiadas, las personas desplazadas internas y las apátridas. Las mujeres, las niñas, los niños, las personas mayores, las personas con discapacidad y los pueblos indígenas se ven afectados de forma desproporcionada. Más del 80 por ciento de las personas refugiadas y desplazadas internas proceden de los países más vulnerables al clima en todo el mundo.

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