Las Delicias, Colombia: El sueño de ser un barrio legal
Las Delicias, Colombia: El sueño de ser un barrio legal
CÚCUTA, Colombia, 5 de noviembre de 2015 (ACNUR) – La música sonaba por los altoparlantes llamando a la comunidad para que se acercara al polideportivo. Todos iban llegando poco a poco y cuando los invitados terminaron de arribar, el evento comenzó. Un poco de música mostrando el talento local, los saludos de todos y finalmente el anuncio que habían anhelado por 10 años, desde que se formó el asentamiento: "El señor Alcalde de Cúcuta, Donamaris Ramírez, "resuelve regularizar y legalizar el asentamiento humano denominado Las Delicias, una vez cumplidos todos los requisitos [...] Por lo tanto hoy, el asentamiento humano denominado Las Delicias pasa a ser barrio. Comuníquese y cúmplase".
Los aplausos de la comunidad estallaron en la cancha, creando así un momento histórico en la vida de estas 2.500 personas que habitan Las Delicias, 60% de las cuales son víctimas de desplazamiento forzado; la mayoría de ellas tuvieron que huir de diferentes lugares del país, especialmente de la región del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander, para poner a salvo sus vidas y las de sus familias.
Lo que ocurrió hace poco es entonces uno de los días más esperados por la comunidad. Luis Zabaleta, presidente de la Junta de Acción Comunal, casi no puede hablar. Está conmovido. Sabe lo que significa que por fin sean reconocidos como barrio legal por la administración de la ciudad. Él lo resume así: "ahora ya no pedimos; ahora exigimos nuestros derechos".
La legalización de los asentamientos urbanos es una estrategia central en los procesos de integración local urbana, como el que se lleva a cabo en el marco del Programa Construyendo Soluciones Sostenibles (TSI por sus siglas en inglés), en los barrios Las Delicias y Manuela Beltrán en Cúcuta, capital de Norte de Santander, desde el año 2013. El TSI es un programa conjunto liderado por ACNUR y PNUD en 17 localidades en el país. La mayor parte de los 6,5 millones de personas desplazadas en Colombia ha buscado en la periferia de las ciudades un nuevo lugar donde realizar sus sueños y proyectos de vida. Sin condiciones de vida digna por la falta de acceso a servicios públicos básicos, vías que los conecten con las ciudades y oportunidades de desarrollo económico, la población desplazada en las urbes ha permanecido durante muchos años en procesos infructuosos de búsqueda de reconocimiento y garantía para sus derechos.
En Las Delicias se logró la legalización del barrio después de un proceso en el que participaron varios actores. Los propietarios de los terrenos donde se asentó la comunidad, representados en la Promotora El Resumen, estuvieron dispuestos a llevar a cabo el proceso de legalización a través de la venta a precios muy cómodos de los lotes y la financiación de la ruta legal que debía seguirse con la administración municipal. Contrataron también a la organización Techo Mío – Habitat Digno para el acompañamiento comunitario en el proceso.
Por su parte, la Alcaldía, a través de la Secretaría de Planeación Municipal, permitió avanzar en la implementación y validación de la ruta de legalización. ACNUR asesoró todo el proceso legal y comunitario y promovió el escenario del Comité de Impulso, un espacio donde confluyeron autoridades locales, propietarios de los terrenos, copartes y comunidad para hacer posible la gestión de todo ello.
La comunidad, quien debió asumir un proceso organizativo importante para avanzar en cada uno de los pasos legales que exigía la legalización, demostró también su fortaleza y compromiso. Por ello, hoy son ellos los grandes beneficiarios. Así lo reconocen desde quienes estuvieron liderando el trabajo, hasta los jóvenes que manifiestan que "a partir de hoy vamos a poder soñar con muchas cosas: que llegue el acueducto, que nos arreglen las vías, que ya no nos toque caminar hasta el barrio Belén para poder tomar un bus, y por qué no, que nos pongan un colegio para que estudiemos aquí mismo", afirma una de las participantes del grupo de jóvenes Rumbos de Paz.
La valorización de los predios y el acceso a subsidios de mejoramiento de vivienda a los que, hasta ahora, no tenían derecho por ser "ilegales" es otro de los beneficios inmediatos con los que contará la comunidad de Las Delicias. La Junta de Acción Comunal ya tiene preparado el primer proyecto que van a presentar: el de acueducto y alcantarillado.
Con el proyecto TSI, liderado por la alianza ACNUR – PNUD y que ha sido posible gracias al apoyo de la cooperación de Canadá, Corea (Koica), Suecia, Estados Unidos (BPRM), España (Aecid) y APC Colombia, se han construido otras infraestructuras comunitarias en Las Delicias, como el Polideportivo y el Centro Comunitario, y se impulsan unidades productivas; todo ello en el marco de un proceso de fortalecimiento comunitario que busca que la comunidad sea protagonista de sus propios procesos de integración local urbana.
En este esfuerzo, socios como Pastoral Social han sido definitivos. Tal vez por eso las palabras de Diana Colombia Ramírez, quien ha acompañado desde Pastoral a esta comunidad, estuvieron llenas de emoción al momento de la entrega de la legalización: "hoy Las Delicias tiene reconocimiento por el acto administrativo, pero son ustedes los que ponen la esencia, los que ponen las costumbres, la cultura, su dialecto, su forma de vestir. Son ustedes los que le ponen la esencia a este barrio. No dejen de soñar con sus carreteras, con sus vías, con sus viviendas, con sus unidades productivas. Sigan soñando, que los sueños se cumplen, se hacen realidad. Como decía Luis Zabaleta, son 10 años; sí, son 10 años de esfuerzo de ustedes, de voluntad de la institución, de la cooperación, también de los dueños, que ahora ceden sus terrenos, para que ahora ustedes sean los dueños. Esto es lo que nos hace Colombia, esto es lo que nos hace hermanos".
Como esta comunidad de las Delicias, muchas otras en el país anhelarían dar el paso hacia la legalización de sus asentamientos y así avanzar firmes hacia la integración local urbana, como camino hacia la construcción de la paz y el goce efectivo de sus derechos.
Por Rocío Castañeda, en Cúcuta, Colombia