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Registro Ampliado: una operación sin precedentes en América Latina

Historias

Registro Ampliado: una operación sin precedentes en América Latina

5 April 2010
La brigada de Registro Ampliado, entrevistando y documentado a algunas de las familias durante su paso por Esmeraldas.

ECUADOR, 1 de abril (ACNUR) – Todo comenzó un caluroso 23 de marzo en una pequeña isla esmeraldeña llamada Muisne, el comienzo del proceso llenaba de expectativas a todos los involucrados, mientras que las emociones y los nervios invadían el coliseo local. Las personas que comenzaron a llegar sentían incertidumbre. Algo de miedo, quizá. Sin embargo, el día les iba a devolver la esperanza de rehacer sus vidas en el Ecuador. Un año después, Ibarra despide al Registro Ampliado, con un total de 27.740 personas reconocidas por el Estado ecuatoriano.

"Yo había escuchado durante el fin de semana un carro que anunciaba que iban a darnos documentos a los refugiados colombianos en el coliseo de Muisne. Al día siguiente me acerqué al coliseo a ver que estaba pasando, algunas personas nos decían que era una mentira y que cuando todos estemos adentro la policía nos iba a llevar. Yo vi los carros de ACNUR y esto me dio confianza para aventurarme a ver de que se trataba todo eso del registro ampliado", explica Carmen*, una refugiada colombiano que durante seis años había vivido indocumentado en Ecuador. "Ahora solo espero encontrar a mi hijo para contarle la buena noticia y que el también obtenga sus documentos".

Desde que el conflicto colombiano se recrudeciera en el año 2000, miles de personas iniciaron una huida hacia el país del sur con una sola idea: la de salvar sus vidas y la de su familia. Tal y como lo demostró un estudio realizado en el año 2007, las personas en necesidad de protección internacional que había en el Ecuador llegaban a un estimado de 135.000 personas, de las cuales la gran mayoría carecían de una visa. El desconocimiento del proceso de asilo, la desconfianza o, incluso, la falta de recursos para desplazarse a los centros de registro, les mantenían invisibles.

Ante esta situación, el Estado del Ecuador con el apoyo técnico y financiero del ACNUR puso en marcha el Registro Ampliado, un proyecto pionero en América Latina que a través de brigadas móviles de registro y documentación se desplazarían a las áreas de frontera norte con mayor concentración de población refugiada como: Esmeraldas. Sucumbíos, Orellana, Carchi e Imbabura. Y todo ello mediante un proceso sin precedentes en un solo día.

La primera estación fue Esmeraldas, una provincia del Pacífico fronteriza con el castigado departmanento colombiano de Nariño. La brigada, conformada por cincuenta funcionarios de la Dirección General de Refugiados, fue la encargada de enfrentar los primeros retos: las dificultades de poner en marcha el proyecto y la gran afluencia de solicitantes.

Al igual que en Esmeraldas, la provincia amazónica de Sucumbíos, en el extremo oriental del país, obligó a la brigada a afrontar enormes esfuerzos logísticos para que una población rural, de escasos recursos y asentada en comunidades aisladas y sin servicios básicos, pudiera acceder al procedimiento. Como explicaba Alcívar, afro-colombiano que desde hacía seis meses residía en el Ecuador junto a su hermana, "sólo pude venir con dos de mis hijos y mi sobrino. No tenía dinero para pagar el pasaje de todos". Su esposa y el resto de sus hijos tuvieron que esperar tres semanas para poder reunir el dinero para llegar a Lago Agrio, la ciudad en la que se encontraba el Registro Ampliado. El traslado en bote, el viaje en autobús y el simple hecho de tener que dormir en la ciudad, son gastos imposibles de afrontar, incluso a pesar de lo esencial de ese traslado para obtener el documento de refugiado que les ofrezca la protección del país.

Cuando la brigada llegó a la provincia de Carchi, a comienzos del 2010, ya existían 21.267 personas con su visa de refugiado. En Carchi la situación era diferente, un nuevo entorno, pero con historias similares de huída y desarraigo.

Sandra tenía una vida tranquila, rota por el secuestro de su hijo y las lesiones que le llevaron a ella a perder un brazo. Cuando llegó a Ecuador, hace ocho meses, sin la visa seguía sintiendo el miedo a ser devuelta a su país.

"Con la llegada del Registro Ampliado la esperanza de un nuevo comienzo volvía a renacer. Hemos sido reconocidos como refugiados por el Gobierno ecuatoriano y con la visa pude acceder a la carnetización del CONADIS (Concejo Nacional de Discapacidades). Me han dado la oportunidad para trabajar, fui beneficiada de un apoyo para microemprendimientos, compré unos cerditos e hicimos nuestro huerto familiar de donde obtenemos nuestras hortalizas para consumo familiar y algunas para vender y generar ingresos extras para costear los gastos de la casa. Ahora puedo decir que la esperanza a regresado a mi vida y a la de mi familia.

Al tiempo, los esfuerzos realizados para prestar una atención especial a los grupos de población en riesgo, como menores no acompañados, mujeres solas o adultos mayores, llevó a que en 2009 ACNUR reconociera el éxito que el Registro Ampliado suponía en materia de protección desde una perspectiva de género.

Como en el caso de Sandra, para muchos refugiados la visa supone el acceso a servicios, la seguridad, estabilidad de un documento que acredite su estatus. Pero también ha sido la oportunidad única de iniciar una nueva vida y recuperar a unos hijos que quedaron en el país de origen. "Tengo la seguridad de que ahora con mi visa voy a lograr recuperar a mi familia y tener una vida en unidad y paz", explicó Socorro.

* Nombre supuesto por motivos de confidencialidad