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Río de Janeiro organiza feria cultural mensual formada exclusivamente por refugiados y migrantes

Historias

Río de Janeiro organiza feria cultural mensual formada exclusivamente por refugiados y migrantes

La IV edición de la feria "Chega Junto" reúne a personas procedentes de Angola, Argentina, Colombia, Haití, India, Japón, Nigeria, Pakistán, Perú, República Democrática del Congo, Siria, Togo, Uruguay y Venezuela en el barrio carioca de Botafogo.
2 May 2017
La feria multicultural contó con la presencia de refugiados y migrantes de catorce países diferentes.

RÍO DE JANEIRO, Brasil, 2 de mayo de 2017 (ACNUR) – La vuelta al mundo a través de la visión, el oído, el olfato y, sobre todo, el gusto. Esta es la experiencia que proporciona la feria cultural "Chega Junto", que desde el año pasado reúne a refugiados y migrantes residentes en Río de Janeiro para presentar a los brasileños un poco de la comida, el arte y la moda típicos de distintos países.

En este espacio de integración e intercambio cultural se mezclan lenguas, sabores y aromas en un clima de confraternización. Así es como transcurrió la última edición del evento, que tuvo lugar el pasado fin de semana en los jardines de la Christ Church de Río, una iglesia anglicana ubicada en el barrio de Botafogo que participa en el proyecto como asociada.

Uno de los expositores es el ingeniero sirio Anas Rjab, que llegó a Río de Janeiro en 2015 y vio en la gastronomía una oportunidad para ganarse la vida en Brasil. Con la ayuda de brasileños creó Simsim, un servicio de comida que ha tenido una sede fija en la Zona Sur de la ciudad, pero que hoy es itinerante. El nombre significa "sésamo" en árabe.

"Nos han dado una oportunidad de trabajar y crecer. Es maravilloso", celebró. En esta ocasión, en su refinada cocina destaca el fatteh, un plato típico de Damasco a base de berenjena asada, limón, carne picada y salsa de yogur con tahini (una pasta de semillas de sésamo). "Cada vez viene más público porque la feria ya tiene una identidad relacionada con la comida internacional", añadió el refugiado, que se siente feliz de estar integrándose en Brasil.

Esta ha sido la IV edición de la feria multicultural, que salió a las calles como resultado de una colaboración iniciada en 2015 entre Cáritas de Río de Janeiro y la Junta Local, un colectivo de pequeños agricultores y productores artesanales. Después de un año de "prácticas" en las ferias organizadas por la Junta, que abrió un espacio gratuito para refugiados con talentos culinarios, estos participantes consiguieron una feria exclusiva organizada el último sábado de cada mes.

Cientos de personas acudieron para ver de cerca la mezcla de sabores y culturas que se ofrece en la feria.

En la actualidad, la feria "Chega Junto" reúne a 18 familias de refugiados y migrantes procedentes de Angola, Argentina, Colombia, Haití, India, Japón, Nigeria, Pakistán, Perú, República Democrática del Congo, Siria, Togo, Uruguay y Venezuela. En cada edición se invita a participar a nuevos países. Además de puestos de comida, los eventos cuentan siempre con música en vivo y hasta pequeños talleres (el último explicó cómo preparar auténtico mate uruguayo).

"La meta de organizar una feria exclusiva para refugiados y migrantes existe desde que nació el proyecto en 2015", explica Luciara Mota, coordinadora de "Chega Junto". "Las tres principales vertientes del proyecto son la inclusión social, la convivencia y la generación de ingresos. Todas las familias participantes han demostrado gran alegría y una relación sólida de vínculo y confianza, reforzada por la unión entre los miembros y organizadores y por la construcción colectiva del proyecto".

En otro puesto de la feria, la pareja formada por Boris Laguado y Rebeca Mirabal vende bebidas elaboradas a base de leche de coco, típicas de las playas venezolanas. "A los brasileños les gustan porque también aman el coco", nos explica este refugiado de 32 años que ve en la feria una oportunidad para el "intercambio de culturas y de conocimientos". "La gente hace muchas preguntas: quieren saber de dónde viene el producto, cuál es su historia, por qué vendemos esto y no otra cosa... La recepción es muy positiva".

Tan positiva, que despertó la solidaridad de una mujer de 85 años, vecina del edificio situado frente a la iglesia en la que se celebra la feria. Pero no se trata de cualquier mujer. Lidia Secci nació en Rusia y llegó a Brasil como refugiada poco después de acabar la Segunda Guerra Mundial. Acudió a la feria "Chega Junto" para ofrecer "a una familia refugiada" un alquiler por debajo del precio de mercado del apartamento que posee en la Zona Sur de Río.

La feria también fue una oportunidad de promover la interacción entre refugiados, migrantes y brasileños.

"Sé que los refugiados pasan por muchas dificultades cuando llegan, porque yo también pasé por eso", explicó la anciana. "Mi infancia fue un paraíso: en Rusia teníamos una bonita casa con jardín. Pero llegó la guerra y todo lo bueno se convirtió en un infierno. A mi familia y a mí nos llevaron a Alemania para hacer trabajos forzados. Al terminar la guerra, mis padres prefirieron abandonar Europa antes que volver a Rusia. Hicieron todo lo posible para que la guerra no afectara a mi vida. Fueron unos padres excepcionales".

Ni la amenaza de lluvia ni el largo puente festivo evitaron la gran afluencia de público a la última edición de "Chega Junto", que atrajo a cientos de personas. Muchas volvían por segunda o tercera vez, mientras que otras llegaban con curiosidad (y hambre) tras haber visto el evento anunciado en las redes sociales. Algunos incluso se llevaron una sorpresa, como la publicista Viviane Polizzi, de Minas Gerais.

"Dos amigas de mi posgrado me dijeron que había una feria de comida del estado de Pará, pero al llegar me encontré con otra cosa y he quedado fascinada", nos cuenta Viviane después de comerse un plato nigeriano con frijoles, plátano frito y pimienta. "¡Menuda explosión de sabores! También estuve con un chico haitiano que me vendió un dulce parecido al crocante de Minas Gerais".

La tarde va cayendo mientras las historias del pasado y del presente fluyen por los pasillos de la feria, el cielo se va oscureciendo y los refugiados y los migrantes ponen fin a otro intenso día de ventas e intercambio. Esta pequeña vuelta al mundo toca a su fin. La próxima tendrá lugar el día 27 de mayo.

Por Diogo Félix, de Río de Janeiro

Gracias al Voluntario en Línea Jaime Guitart Vilches por el apoyo ofrecido con la traducción del portugués de este texto.