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Benín: Tiendas de ACNUR abrigan a cientos de afectados por inundaciones

Historias

Benín: Tiendas de ACNUR abrigan a cientos de afectados por inundaciones

Cientos de las víctimas de las inundaciones acaecidas al sur de la ciudad de Ouinhi, en Benín, están viviendo en unas tiendas de campaña que ACNUR ha facilitado.
5 November 2010
Una familia delante de una de las tiendas que ACNUR repartió en Ouinhi.

OUINHI, Benín, 5 de noviembre (ACNUR) – Cientos de las víctimas de las inundaciones acaecidas al sur de la ciudad de Ouinhi, en Benín, están viviendo en unas tiendas de campaña que ACNUR ha facilitado, en frente de un centro de salud y una maternidad, tras huir de las ciudades que han quedado inundadas.

La Cruz Roja de Benín ha montado 100 tiendas de ACNUR diseñadas para alojar a al menos cinco personas, en Ouinhi, que se encuentra a 155 kilómetros al norte del centro administrativo y la ciudad más grande de Benín, Cotonou.

En las tiendas se ha instalado a los habitantes de dos de las cinco ciudades del distrito de Tohu a las que afectaron las inundaciones y se espera que sean enviadas otras 130 tiendas a Ouinhi. Un voluntario de la Cruz Roja, Justin Sonon, dijo que unas 5.000 personas se han visto afectadas por las crecidas de agua en estas ciudades.

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados envió 3.000 tiendas por avión a este pequeño país del oeste de África para ayudar a las víctimas de las devastadoras inundaciones, que han afectado a casi 700.000 personas, la mayoría en el sur. Las personas más vulnerables, muchos de los cuales se encuentran a la intemperie, son las que tienen prioridad en la adjudicación de las tiendas. Muchos de los desplazados son mujeres y niños menores de 5 años.

El nuevo campamento de tiendas en Ouinhi se encuentra a unos cinco kilómetros del centro de la ciudad en un terreno que no sufrió daños y que pertenece a Abanigan Atchahèssou, quien también se vio obligado a huir con su familia de otra ciudad afectada, Gangban.

Para instalarse, sus hijos construyeron una casa con barro y paja para la familia, pero Abanigan estuvo de acuerdo en permitir que sus vecinos y otras familias necesitadas acondicionaran el terreno para trasladarse a la tiendas que ACNUR suministró.

Al principio, muchos de los que se desplazaron desde las ciudades de Tohu buscaron abrigo en los locales de un centro de salud cercano, pero estaba tan abarrotado que tuvieron que dormir debajo de los mangos, donde los picaban los mosquitos.

Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos ha distribuido comida a los desplazados, aunque algunos hombres están pescando en las crecidas del río Ouemé para conseguir un aporte extra de proteínas. Por encima de las tiendas se elevan espirales de humo ya que las mujeres preparan la comida con leña recién cortada.

Marguerite Govi, de 40 años, comparte la tienda con sus cuatro hijos y su marido, así como con la segunda esposa de este y sus nueve hijos. Estaba preparando el almuerzo – espaguetis, después de días comiendo maíz – cuando ACNUR la visitó, y comentó: "Las tiendas nos son de gran ayuda y podemos dormir bien adentro, así que damos gracias a Dios porque otras personas no tienen".

Toda la familia procede de Gangban y Marguerite y llora la pérdida de su hogar y la destrucción de las reservas de alimento. Marguerite era asistente sanitaria en la ciudad y su trabajo consistía en supervisar el peso de los bebés todos los meses para la maternidad de Ouinhi.

Ahora su esposo no puede trabajar en los campos porque están cubiertos de agua, pero sus familiares les han ayudado económicamente, por lo que pueden comprar comida. Con todo, los hijos de Marguerite pueden seguir estudiando ya que el colegio en Gangban no sufrió daños. Marguerite confía en que podrá volver en enero para reconstruir su hogar y sus vidas.

Uno de sus vecinos, un granjero llamado Nadjo Dohanssi, también está agradecido por la tienda que ACNUR le ha proporcionado. Tiene trece hijos, pero dice que pueden alojarse allí temporalmente y también espera volver a sus campos en enero.

En otro rincón del campamento, Honorine, de 12 años, Claire, de 15, y Gisele, de 14, estudian inglés y francés, aunque solo pueden hacer las tareas mientras hay luz solar. Las jóvenes, que escuchan a los demás del campamento, se quejan de la falta de letrinas y de la insuficiencia de alimentos, pero Claire dice que "dormimos mejor en las tiendas y no hay mosquitos adentro".

La presencia de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados en Benín se centra normalmente en el suministro de protección y asistencia a más de 7.000 refugiados y solicitantes de asilo, la mayoría del vecino Togo. Se le ha pedido a la Agencia que ayude con las necesidades de abrigo como parte de una respuesta de emergencia conjunta de las Naciones Unidas ante las inundaciones.

Las lluvias intensas son frecuentes en esta época en el oeste de África, aunque este año la cantidad ha sido considerablemente mayor que otras veces y 55 de los 77 distritos del país han sufrido inundaciones.

Por Habibatou Mamadou Gologo en Cotonou, Benín