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Los refugiados vuelven al norte de la RDC, pero la situación sigue siendo preocupante

Historias

Los refugiados vuelven al norte de la RDC, pero la situación sigue siendo preocupante

A fines de noviembre, más de 39.000 habían regresado a sus hogares desde la República del Congo y ACNUR se proponía llevar a casa otros 11.000 para el final de los años.
5 December 2012
Uno de los transbordadores utilizados por el ACNUR para trasladar a los repatriados a la otra orilla del río Ubangui en Dongo.

DONGO, República Democrática del Congo, 5 de diciembre (ACNUR) – Martine está comprensiblemente nerviosa por su decisión de volver a casa. "Han pasado más de tres años desde que me fui y no me va a ser fácil reconstruir mi vida", explica al ACNUR tras desembarcar en la orilla de República Democrática del Congo del río Ubangui. "Estoy preocupada".

Entonces, esta mujer de 34 años busca ansiosamente con la mirada una cara familiar entre la multitud que espera en el centro de tránsito de la ciudad de Dongo para dar la bienvenida a los últimos repatriados de la otra orilla. No reconoce a nadie.

Martine huyó con sus dos hijos al otro lado del río Ubangui y buscó la seguridad en el Congo junto con decenas de miles de civiles más cuando se empezaron a producir los enfrentamientos interétnicos en la provincia de Equateur, en la República Democrática del Congo, en 2009. La violencia entre las tribus Munzaya y Enyele se centró en los derechos a practicar la pesca y la agricultura tradicional y forzó a más de 140.000 personas a huir al Congo y a la República Centroafricana.

100.000 personas más se vieron desplazadas dentro de la provincia de Equateur, si bien la mayoría volvieron a casa una vez que las condiciones mejoraron. El ACNUR ha estado implicado en la resolución del conflicto y los esfuerzos de reconciliación en Equateur, incluyendo la financiación de una nueva estación de radio comunitaria en Dongo el año pasado. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados también apoya los esfuerzos por facilitar la reinserción de los repatriados.

Pero quienes como Martine huyeron a países vecinos, han ido regresando a un ritmo más lento. En mayo de este año el ACNUR lanzó un programa de repatriación voluntaria para decenas de miles de personas que seguían en el Congo. A finales de noviembre más de 39.000 refugiados habían regresado a sus hogares y el ACNUR pretendía llevar a casa a 11.000 personas más hasta fin de año, y a otras 32.000 el año próximo.

Martine no tiene problemas en admitir que retrasó su vuelta durante mucho tiempo, "pero nos han dicho que ahora todo está bien". Su marido decidió quedarse en el Congo porque estaba preocupado por su seguridad.

Aún así, muchas preguntas cruzan la mente de Martine. "¿Cómo podré recuperar una vida normal, sola y con mis dos hijos? ¿Podré encontrar una parcela de tierra que cultivar? ¿Me aceptarán en este entorno?" Dice que muchas otras mujeres con niños comparten estas preocupaciones.

Entre ellas se encuentra Suzanne, de 30 años, a la que le preocupa que sus tres hijos puedan ir al colegio y cómo va a sobrevivir su familia una vez que se agoten los tres meses de raciones de comida del Programa Mundial de Alimentos. Los repatriados también reciben del ACNUR artículos no alimentarios. "Esperamos que no nos abandonen", dice, y añade que si le devuelven su tierra: "Podré cultivarla y al menos dar de comer a mi familia". Los repatriados reciben también semillas y herramientas para la agricultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Además del kit de ayuda que se proporciona a cada repatriado a su llegada a este centro o a cualquier otro de la provincia de Equateur, el ACNUR y otras organizaciones humanitarias han puesto en marcha actividades de reinserción, en especial en los territorios de Libenge y Kungu, a los que se dirigen la mayoría de los repatriados.

Estas actividades enfrentan algunas de las preocupaciones a las que se han referido Martine y Suzanne en materia de alojamiento y educación, pero es necesario seguir trabajando con el apoyo de la comunidad internacional.

Hasta ahora, y con un presupuesto limitado, el ACNUR y sus asociados han distribuido 700 equipos de vivienda para repatriados espontáneos, y han construido escuelas primarias, así como 350 alojamientos y 12 pozos para las familias más vulnerables. Se han llevado a cabo campañas de concienciación destinadas a asegurar la coexistencia pacífica entre las diversas comunidades.

Equateur es una de las provincias más remotas del país, en la que faltan infraestructuras y mecanismos socioeconómicos básicos. El ACNUR ha hecho un llamamiento a las organizaciones para el desarrollo para que ayuden a reforzar las actividades de reinserción.

"Comprendemos la preocupación de estas mujeres y la de todos los repatriados, pero al mismo tiempo contamos con recursos limitados", subrayó Geert Van De Castelle, Director de la Oficina del ACNUR en Dongo, al tiempo que hacía un llamamiento para recibir más ayuda para la financiación.

Por Simplice Kpandji en Dongo, República Democrática del Congo

Gracias al voluntaria de UNV Online Jaime Guitart Vilches por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.