Cerrar sites icon close
Search form

Search for the country site.

Country profile

Country website

Mientras la guerra azota su país, los sirios buscan refugio en Egipto

Historias

Mientras la guerra azota su país, los sirios buscan refugio en Egipto

Alrededor de 118.000 sirios han buscado asilo en Egipto, donde traficantes despiadados se aprovechan de quienes están desesperados por los largos tiempos de espera.
2 November 2016
Sirios recién llegados se registran en la oficina del ACNUR en El Cairo, Egipto.

Las personas que están aquí – los adultos sentados calladamente, los niños corriendo de un lado a otro – ocupan una de las salas de espera de la historia contemporánea.


Son sirios en Egipto, solicitantes de asilo que han huido del conflicto, que han perdido familiares, hogares, trabajos. La sala del centro de registros del ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, en Zamalek, El Cairo, les ofrece una esperanza.

Una mano alzada sosteniendo un documento amarillo. Un hombre sonriendo. Una pequeña victoria para él y su familia. El papel que sostiene es un documento del ACNUR válido por 18 meses, que les permitirá obtener un permiso de residencia y hará posible que sus hijos vayan a la escuela.

El proceso es lento debido al alto número de solicitantes de asilo, casi 118.000 sirios sobre un total de más de 190.000 solicitantes provenientes de varias decenas de países.

"Hacía mucho calor y fue muy difícil para los niños . . . Estuvimos dos días sin agua"

Nahed se hace un escaneo de iris, un paso necesario para registrar sus datos biométricos y los de su familia, para poder recibir el documento del ACNUR.

La suya es una historia demasiado común de terror y pérdida. Ella y sus tres niños son de Homs. Su marido desapareció hace tres años en la vorágine de la guerra. Ella esperó y se desesperó. Sabía que su marido estaba muerto.

Decidió huir y su ruta fue trazada por los traficantes de personas a través del desierto. Fue una travesía atroz.

"Hacía mucho calor y fue muy difícil para los niños", dijo. "A uno de ellos le sangraba mucho la nariz. Estuvimos dos días sin agua. Se había acabado toda el agua que teníamos. Los niños sufrieron mucho".

En el piso de arriba del centro de registros hay una innovación del ACNUR, una línea de información creada para ayudar a los solicitantes de asilo y refugiados que a menudo viven lejos del centro de El Cairo. Once operadores contestan distintas preguntas sobre asistencia financiera, distribución de la comida, educación, determinación del estatus de refugiado y una variedad de asuntos relativos a la protección.

Muchos refugiados tienen la esperanza de calificar para el reasentamiento. El ACNUR en Egipto presenta unas 6.700 solicitudes de reasentamiento de refugiados hacia terceros países por año. Esto ofrece una solución duradera para los refugiados más vulnerables, y también para aquellos con preocupaciones específicas relativas a la protección en Egipto.

Algunos solicitantes de asilo deciden que no pueden esperar. En el centro de Cáritas de Alejandría respaldado por el ACNUR, Fatma contó que también acudió a traficantes de personas, pero esta vez para cruzar el Mediterráneo con sus tres niños, luego de pasar dos años de dificultades económicas y frustraciones como solicitante de asilo.

El barco se dio vueltas y se hundió. Murieron veinte personas, tan solo algunas de las casi 4.000 que se han ahogado o desaparecido cruzando el mar en lo que va del año solamente. Fatma se salvó.

"Después de pasar seis horas en el agua fuimos rescatados. Luego nos detuvieron aquí por dos meses".

"Después de pasar seis horas en el agua fuimos rescatados", dijo. "Luego nos detuvieron aquí por dos meses, a mí y a mis niños".

Hay un final más feliz a esta traumática historia de muerte en el mar, rescates y detenciones. Con la ayuda de un pequeño subsidio en efectivo de Cáritas y ACNUR, Fatma montó un negocio de comidas en su casa, haciendo platos para llevar con la ayuda de sus hijos. Gana unos 30 dólares a la semana, lo suficiente para mantener a su familia.

En cuanto al Mediterráneo y a los barcos de los traficantes Fatma dice: "Nunca más se me ocurrirá utilizar medios irregulares otra vez. Mis hijos y yo sufrimos mucho y nunca más haré eso".

Aún sueña con Europa y una vida mejor para sus hijos, pero va a esperar y cocinar, con la esperanza de un reasentamiento legal.

Por: Don Murray en El Cairo, Egipto.

Gracias a la Voluntaria en Línea Verónica García Lucchetti por el apoyo ofrecido con la traducción del inglés de este texto.