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Miles de personas siguen lanzándose a la carretera en Pakistán

Historias

Miles de personas siguen lanzándose a la carretera en Pakistán

The lifting of a curfew allows more Pakistanis to flee as UNHCR prepares new camps to shelter them. [for translation]
5 June 2009
Twelve-year-old Salma arrives in Larama, in Peshawar, where UNHCR has established a new camp. [for translation]

PESHAWAR, Pakistán, 5 de Junio (ACNUR) – Se calcula que aproximadamente 20.000 personas más están huyendo de la zonas de conflicto en el Valle de Swat y alrededores en la Provincia de la Frontera Noroeste (NWFP, por sus siglas en inglés), en Pakistán. Se dirigen a tierras más seguras en los distritos de Mardan, Charssada y Peshawar. Este nuevo éxodo se produce como consecuencia del levantamiento del toque de queda en la región entre las 6 de la mañana y la media tarde del viernes. Para dar cobijo a los nuevos desplazados, ACNUR trabaja con las autoridades locales en la construcción de dos nuevos campos, que fueron creados durante la semana pasada.

Este desplazamiento es el más reciente desde que se produjo la escalada de violencia en el conflicto entre el ejército pakistaní y los milicianos en los distritos de Bajo Dir, Buner y Swat a principios de mayo. Los campamentos proporcionados por ACNUR en Mardan han alcanzado su capacidad máxima, y se está dirigiendo a los recién llegados a emplazamientos más lejanos en Swabi, Charssada y Peshawar.

Los dos nuevos emplazamientos, los campos de Sugar Mill y Larama, abiertos a comienzos de semana en los distritos de Charssada y Peshawar respectivamente, ya han acogido a 5.200 personas, es decir, aproximadamente un tercio de su capacidad. Hasta el momento se han instalado un total de 550 tiendas de tamaño familiar.

"La creación de nuevos emplazamientos como Larama o Sugar Mill require mucho trabajo y depende de múltiples parámetros", explica Efrén Mariano, logista de ACNUR en la Provincia de la Frontera Noroeste. "En primer lugar, es básico encontrar el terreno adecuado, teniendo siempre en cuenta la disponibilidad de agua y la posibilidad de construir pozos. Sin duda, los terrenos elegidos tienen que estar situados en una zona segura para los desplazados internos y para los trabajadores humanitarios, para que puedan operar de la manera más eficiente y en condiciones de total seguridad".

En muchos casos, el terreno en el que se construye el campamento ha sido cedido por las autoridades gubernamentales o locales. En otros casos, propietarios privados ceden sus terrenos para que sean usados como campamentos. Mariano dice que ACNUR trata de limitar el tamaño de los campamentos porque la alta concentración de personas puede crear problemas para la seguridad".

Mariano, que lleva trabajando con ACNUR en la NWPF desde el mes de octubre y que ha construido campamentos como Jalala o Yar Hussain con los equipos de ACNUR, confiesa que el encontrar terrenos se ha convertido en una obsesión para él. "En mi cabeza, siempre estoy pensando en nuevas tierras, en nuevos terrenos".

"Se trata de una emergencia, nos enfrentamos a un desplazamiento masivo, y aunque muchas personas se alojan con familias de acogida o en escuelas, aún prevemos que antes o después se trasladarán a los campamentos. Además, continuamente se siguen recibiendo nuevas llegadas, como hoy en Larama.

Del número total de desplazados, más de 260.000 personas se alojan en 21 campamentos en la NWFP, según las autoridades provinciales. Esta cifra incluye a más de 170.000 personas llegadas en la última afluencia registrada durante las pasadas cinco semanas.

Para poder costear las operaciones en Pakistán hasta finales de 2009, ACNUR trata de conseguir 67 millones de dólares adicionales de un presupuesto provisional total de 105 millones de dólares.

Por Hélène Caux, en Peshawar, Pakistán