Cerrar sites icon close
Search form

Search for the country site.

Country profile

Country website

ONU evalúa las necesidades de la ciudad inundada de Jacobabad

Historias

ONU evalúa las necesidades de la ciudad inundada de Jacobabad

Cinco semanas después del azote de las inundaciones, la ciudad de Jacobabad, en el sur de Paquistán, sigue sitiada por las aguas.
21 September 2010
Dos habitantes desplazadas de Jacobabad a la sombra de un techo improvisado con dos camas y algunas mantas.

JACOBABAD, Paquistán, 21 de septiembre (ACNUR) – Cinco semanas después del azote de las inundaciones, la ciudad de Jacobabad, en el sur de Paquistán, sigue sitiada por las aguas. Las autoridades locales están desesperadas por recibir ayuda, pero la mayoría de los caminos y vías ferroviarias están cortados.

El equipo de funcionarios de diferentes agencias de Naciones Unidas, el primero en llegar desde que las lluvias monzónicas arrasaron la región, ha visto miles de personas viviendo en refugios improvisados o tratando de protegerse del sol abrasador a la sombra de una cama y una manta.

Antes de llegar a la ciudad, el helicóptero que transportaba a los operadores humanitarios sobrevoló durante más de 25 minutos las zonas periféricas que desde hace más de un mes se encuentran debajo de las aguas. Muchas viviendas que al principio habían resistido han terminado derrumbándose.

"Necesitamos tiendas de campaña, comida, depuradores de agua", explica el coordinador distrital para Jacobabad Munawar Ali Methani a los visitantes, entre quienes hay varios funcionarios del ACNUR. Insiste en que el 95 por ciento de los habitantes han abandonado la ciudad y que en el distrito, cuya población era de 930.000 habitantes, hubo 170 muertos.

La semana pasada las aguas parecían querer retroceder, pero la mayor parte de los desplazados sigue viviendo en otras zonas de la provincia de Sindh o en el vecino Beluchistán. Algunos han huido hacia el norte para instalarse en el lejano Punjab.

Aunque la ruta de entrada a Jacobabab desde Shikarpur está parcialmente inundada, ahora se permite el paso de camiones ligeros y con la altura necesaria. Todo un progreso, si se piensa que hace una semana la ayuda podía llegar solamente en avión o en botes.

Al no haber sido alertados, los habitantes de las zonas rurales de la provincia de Sindh no tuvieron más remedio que huir. La vecina Beluchistán, que es la provincia más pobre del país y no podía ofrecer mucha ayuda, cuenta ahora con más de 600.000 refugiados. La desesperación impulsa a muchos a intentar volver a Jacobabad en bote.

Methani ha calculado que en el distrito hay más de 156.000 viviendas dañadas o derrumbadas y que más de 3.700 aldeas han quedado bajo el agua como consecuencia de roturas en los tres canales principales que atraviesan la región. La recuperación será lenta, explica, y como las aguas no retrocederán antes de la mitad de octubre, los retos son inmensos.

Más de 37.000 personas sin hogar están acampadas en 107 asentamientos temporales. Esta semana el gobierno quiere reabrir las escuelas, en las que hay numerosos desplazados viviendo hacinados en una situación higiénica muy precaria. El equipo de NU teme el caos que podría desencadenarse si los damnificados se vieran obligados a volverse a sus aldeas de origen, ya que muchas zonas no ofrecen condiciones de seguridad.

"Tenemos que actuar inmediatamente", advierte Cécile Fradot, experta en protección del ACNUR y uno de los dos funcionarios que encabezaban la misión. "La gente va a empezar a querer volverse y si no encuentran refugio y ayuda adecuados, van a terminar en campamentos."

El campo Muzamil Petrol Pump, en la periferia de Jacobabad, es uno de esos sitios improvisados en los que los desplazados reciben dos platos de arroz diarios y un camión distribuye agua. Aunque para mejorar las condiciones higiénicas han comenzado a construirse letrinas, la mayoría de los refugiados vive bajo el sol de fuego rodeados de sus vacas y otros animales domésticos. La situación es desesperante.

Casi todos han llegado con las manos vacías. Necesitan mantas, sábanas, bidones para el agua, utensilios de cocina, enseres domésticos. Hayat Kharrani cuenta que al escaparse de la aldea lo perdió todo, incluso las tres búfalas y las cuatro cabras que eran la única garantía de futuro para los once miembros de su familia. "Si nos dieran un poco de harina y algo de ayuda por lo menos podríamos hacernos la comida", añade.

Mientras tanto quienes viven en Muzamil Petrol Pump deben conformarse con el arroz que reparten las autoridades locales. La dieta no es muy rica y el nueve por ciento de los niños presenta síntomas de desnutrición severa.

La mayoría desconoce en qué condiciones se encuentran sus aldeas de origen y reclama ayuda para poder volver. "Cuando el agua se retire necesitaremos transporte, ollas, comida, mantas", dice Zainab Jakharani, una viuda que lo ha perdido todo.

Por el momento el ACNUR ha comenzado a transportar ayuda por avión hacia las alturas de Utror, en la región noroccidental de Kalam Tehsil. Las primeras nieves caerán dentro de un mes y el objetivo es alcanzar a las poblaciones damnificadas del Alto Swat antes de que llegue el invierno.

Desde que en julio las aguas arrasaron aldeas, rutas y puentes estas tierras remotas han permanecido prácticamente aisladas. Los primeros paquetes de ayuda aerotransportados han sido distribuidos domingo. Ahora 81 de las 300 familias sin techo de Utror cuentan con un refugio abrigado para el invierno y pueden comenzar la reconstrucción.

Por Peter Kessler desde Jacobabad, Paquistán