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Víctimas de las inundaciones en Pakistán se enfrentan a un duro invierno

Historias

Víctimas de las inundaciones en Pakistán se enfrentan a un duro invierno

After the emergency response to flash floods in Pakistan's Upper Swat district, UNHCR focuses on getting a warm room for the most vulnerable ahead of winter. [for translation]
23 September 2010
Zeenat, con su marido y su hija, regresa al valle de Kalam, al que todavía no se puede acceder por carretera.

UTROR, Pakistán, 23 de septiembre (ACNUR) – A pesar de que la mayoría de las víctimas de las devastadoras inundaciones en Pakistán viven en las tierras bajas del país, cerca del Indo y otros ríos, un importante número de personas se sitúa en regiones remotas de las tierras altas en el noroeste del país, incluida la región del Alto Swat. Las aguas han retrocedido a su nivel normal en estas zonas, pero se acerca el invierno y los habitantes necesitan ayuda.

El pasado domingo, la agencia para los refugiados de las Naciones Unidas comenzó a atender sus necesidades iniciando un puente aéreo para el suministro de materiales de cobijo a las víctimas de las inundaciones en el valle de Kalam, donde se esperan las primeras nieves en aproximadamente un mes. Es una zona extremadamente pobre y los efectos adversos de las crecidas repentinas estarán presentes durante mucho tiempo.

"Fue a finales de julio . . . las carreteras fueron arrasadas", explicó Durdana, madre de seis hijos, al personal del ACNUR que llegó en helicóptero a Utror, una ciudad que quedó aislada del mundo cuando varios puentes se derrumbaron. Durdana manifestó que no tenía dinero y no podía permitirse comprar harina para hacer pan. "Sólo comíamos patatas y nabos cocidos".

La necesidad más urgente en la aldea es el cobijo ya que 300 casas fueron arrasadas. Hasta el momento, el puente aéreo del ACNUR ha transportado 56 equipos de cobijo. Mientras que las familias reconstruyen sus hogares, estos equipos proporcionan un espacio grande y cálido para el invierno. Sin embargo, muchas personas también perdieron sus prendas de invierno y esto constituye una necesidad urgente. El ACNUR prevé llevar artículos de ayuda no alimentarios una vez que la carretera principal se abra de nuevo.

"La magnitud de la devastación es enorme. Después de la respuesta inicial de emergencia, la siguiente etapa en nuestro esfuerzo a la ayuda de invierno es centrarnos en obtener un espacio cálido para algunas de las personas más vulnerables que han perdido todo en las crecidas repentinas. La población de la región de Alto Swat será la primera en enfrentarse al duro invierno", señaló Mengesha Kebede, representante del ACNUR en Pakistán.

La casa de Durdana, una mujer de 40 años, se ha salvado ya que se encuentra en un terreno más elevado pero, junto con su familia, se enfrenta a un invierno extremadamente duro y a una situación económica difícil. Durdana esperaba que su marido llegase pronto con algunas reservas de alimentos y algunos artículos para el hogar.

El restaurante en el que trabajaba su marido, cerca de Mingora, capital de la región de Swat, fue destruido por las inundaciones y esto supone la pérdida de una importante fuente de sustento. Cuando llegó el ACNUR, él se había marchado para buscar trabajo en Mingora.

Muchas otras personas se encuentran en el mismo apuro, además de haber perdido sus hogares. Asimismo, se ha perdido una gran superficie de tierras cultivables, incluido un terreno cultivado por Durdana y su marido. Ellos dependían de esta pequeña explotación para obtener la mayoría de sus alimentos.

Algunos de los campos sobrevivieron a las crecidas repentinas, pero los aldeanos se enfrentan al problema de cómo transportar los productos de sus cosechas al mercado en Mingora. Necesitan dinero en metálico para pagar sus necesidades urgentes.

El transporte constituye también un problema para la salud pública ya que las personas afectadas de enfermedades graves necesitan ser trasladadas del valle de Kalam al hospital más cercano en Mingora. En este trayecto se emplean varias horas en coche cuando la carretera está abierta.

Una aldeana, Zeenat, consiguió una plaza en el helicóptero que se dirigía a Utror después de llevar a su hija de cuatro años al hospital en Mingora. "Mi hija estaba muy enferma, padecía una fiebre muy alta. El doctor de mi aldea le dio algunos medicamentos, pero no mejoró su enfermedad. He tenido que esperar dos días para poder ir en helicóptero a Mingora", explicó.

Zeenat también tuvo que pagar una habitación de hotel y los alimentos, pero al menos su hija se encontraba en proceso de recuperación. Ahora, se enfrentan al duro invierno.

Por Rabia Ali en Utror, Pakistán